Todo listo para la sesión de investidura. Al menos ha quedado claro el poder negociador en nuestro país. Más de dos meses para estar una vez más en el punto de partida, aunque es cierto que con algún cambio, pero estamos dejando a la altura del betún a los italianos.
Revisemos como está la arena política: el PP, viendo su alcance en el Congreso y su poder de veto en el cambio constitucional, al momento decidió apostar por nuevas elecciones, "quemando" a sus oponentes a uno y otro lado, o al menos eso pensaba Rajoy cuando renunció a la propuesta de candidatura realizada por el Jefe del Estado, y maniobró con los tiempos para que a Sánchez le dijesen dentro de su partido lo que no debía hacer. Sánchez, por su parte, esperaba su oportunidad para mostrar que su gobierno es posible pero no contaba con el muro infranqueable de Cataluña otra vez, y la presión que Podemos ha recibido al respecto para no ceder desde "En Comú Podem", marca propia en Cataluña con 12 diputados en el Congreso, y si contaba con ello, entonces, su enfrentamiento tan directo a Rajoy en la campaña no ha ayudado a ese posible pacto a la alemana, eso sí, al menos hemos visto su carácter negociador decisivo, pero con poco éxito salvo el acuerdo con Ciudadanos. Rivera desde el momento cero se prestó a ser bisagra y ahí esta con su sentido de Estado, mostrándose como interlocutor entre ambas fuerzas. A Iglesias no le recrimino nada, sólo que no ha sabido convencer a nadie por su desesperada huida hacia adelante sin cesiones y buscando el sillón, sin descanso. Finalmente, hemos visto hablar incluso sobre el poder de fijar un gobierno a fuerzas inverosímiles independentistas o sin tan siquiera grupo parlamentario real propio, que por si alguien no lo tenía claro, son España cuando toca hablar de lo suyo.
En estas estamos, cuándo la única vía que mantendría todo lo visto y hablado hasta el momento y que nos libraría de nuevas elecciones sería el pacto a tres PP+C's+PSOE. Si bien, la hormiga H-239791, con la que empecé este blog se atreve a dar su opinión aséptica de intereses particulares, y plantea el siguiente escenario:
La otra vía, ya la conocemos, seguir buscando el enfrentamiento pensando en nuevas elecciones en junio que lo más probable es que repitan un resultado similar y mientras tanto seguimos en funciones.
- Realicesé el debate de investidura donde se fortalezca el pacto entre PSOE+C's, como no triunfará por la oposición de Podemos y PP, entraremos en un período de dos meses para buscar solución.
- En la nueva ronda negociadora que previsiblemente realizará el Jefe del Estado, se debe fijar un plan o ruta en el que el pacto a tres sea viable proponiéndole al Rey una salida real con el candidato bisagra, Rivera.
- Desde su posición habrá de fijar un gobierno con dos vicepresidencias que nivelen fuerzas: Sáenz de Santamaría y Sánchez.
- Después a trabajar seriamente en esa opción, acordando programa de cambios, incluyendo algunos sobre la Constitución, que asi serían viables, y tan necesarios en lo referente a la vida política, social y económica.
- Planteen el programa en un nuevo debate de investidura a principios de abril y gobiernen por el interés general, desde la convicción que dan 253 diputados de 350.
La otra vía, ya la conocemos, seguir buscando el enfrentamiento pensando en nuevas elecciones en junio que lo más probable es que repitan un resultado similar y mientras tanto seguimos en funciones.
¿Sería demasiado para la altura política de nuestros representantes?