martes, 21 de mayo de 2019

La Política con mayúsculas: personas y hechos


A veces uno, buscando, encuentra la política de cercanía, la de solventar problemas del día a día relacionados exclusivamente con el interés común, la que quiere acometer además grandes retos para seguir adelante en zonas que se despueblan, que agotan sus recursos, que se doblegan al interés de algunos. Es mi preferida, pues se trata de política en la que la maquinaria de los partidos políticos pasa a un segundo plano y uno se fija en la persona que lo abandera, cuando las banderas no son el problema, en el equipo que empuja y permite avanzar, sin medios de comunicación ni fanatismos que ahonden en las diferencias, se fija en el análisis de un programa de actuaciones para la legislatura soportado en la trayectoria del bagaje realizado, aun a riesgo de no "colgarse medallas", sino simplemente de ayudar a que el lugar mejore y se desarrolle, huyendo de todas las coletillas que afloran en campaña, aquellas que quedan en papel mojado.

Esa política, afortunadamente también existe. En ella he visto jóvenes de diferente ideología arrastrando juntos un geo-radar buscando el patrimonio de sus ancestros que salvará su tierra, he conversado con vecinos esperanzados por el trabajo de su ayuntamiento, he visto sonrisas de complicidad buscando estrategias de crecimiento ante instituciones en la capital, he visto ansias de aprender para transmitir grandes ideas, contagiar con ellas, convirtiéndolas en una apuesta de éxito, he admirado cómo toman forma grandes proyectos nacidos entre charlas de hacedores, entre silencios de prudencia, y la ayuda fiel de amistades fraguadas desde la infancia, en el colegio, aun militando en distintos partidos, y finalmente he valorado el saber hacer gestionando en silencio las malas prácticas del pasado, sin alardes, buscando soluciones.

Pero no es fácil, cuando el proyecto se contagia y se integran personas, reaparecen ideologías de los que se sienten desplazados, recriminando posturas, alzando la voz con el ¿qué hay de lo mío?, acusando gratuitamente, incluso a familias, y enturbiando los éxitos compartidos, los de todos los que trabajaron por ellos, afortunadamente por poco más de dos semanas de campaña. Después, por el bien de todos, habrán de seguir trabajando, dejando en el olvido los diretes de campaña. Pero antes frente a una urna, sólo espero que se valoren conjuntamente tantas jornadas de trabajo por su pueblo, tantos viajes, reuniones, sueños compartidos y hechos que empujan a una sociedad adelante, poniendo delante de las siglas de un partido a las personas.

Esta es la verdadera política. Mi apoyo y aplauso para con esos equipos que priorizan a las personas, sus ganas de trabajar por el bien de todos, que ponen toda la carne en el asador a riesgo de quemarse en lo personal, que valoran la cultura como incentivo para el desarrollo, que aprovechan la exposición ante los medios para seguir adelante con pasión y amor a sus raíces, poniendo en valor el trabajo realizado.   

Son sin duda muchos los ejemplos que recorren nuestra geografía municipal, el de estas líneas se sitúa en las tierras del hidalgo andante.


jueves, 16 de mayo de 2019

Quo Vadis Europa? 69 años después



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Stefan Dinse / Shutterstock



Víctor Raúl López Ruiz, Universidad de Castilla-La Mancha

Europa “nunca se hizo de una vez, ni como una obra de conjunto”, tal como reza en su Declaración de principios del 9 de Mayo de 1950. La Europa de Schuman nació pues desde la idea de cooperación socioeconómica, como un proceso político multietápico, en el que la velocidad se decide a través de las condiciones de los protagonistas.

Los objetivos que dieron forma a la UE como entidad supranacional de cooperación pueden presentarse en sus casi siete décadas de bagaje en tres grandes etapas:

  • La fase de construcción identitaria, iniciada en la posguerra hasta la caída del muro de Berlín, final de la guerra fría en Alemania.
  • La de integración institucional que arranca desde el Tratado de Maastricht, deteniéndose tras el Tratado constitucional iniciado en 2003.
  • Por último, la fase actual, marcada por crisis en todos sus pilares.

En esta evolución, fue siempre la sociedad europea la que ha empujado el acelerador o el freno. La necesidad de mejora, junto a un sentimiento de cooperación, hizo viable el supraestado que garantizaba el progreso económico de sus miembros con una sociedad cooperante desde el mercado que evitara los “roces del pasado”.

Recuperar el estado


El gran escollo era superar el pasado recuperando al estado. La división que Alemania imponía al continente era el escollo que salvar, una vez fueron incorporados los sureños y establecidas las principales reglas del juego. Desde la democracia y los derechos humanos, el pueblo rompió con “el ladrillo en la pared” y el sueño de dos generaciones fue real, dando paso a la integración como ciudadanos europeos.

Después, los ciudadanos quisieron más Europa, pero los nuevos objetivos no quedaban claros para el estado.

Primero cayeron las fronteras con la libre circulación de mercancías, capitales y personas; después las políticas monetarias se unificaron con el euro. Pero la competitividad extrema por ser mejor económicamente que el otro y las grandes adhesiones en bloque resquebrajaron relaciones entre los impulsores y el resto. Ya se hablaba sin tapujos de las dos velocidades en el Parlamento y en el Consejo, incluso de una tercera, al abrir en la última gran adhesión del 2004 las puertas al este europeo.

Refundar la Unión, de nuevo para el ciudadano, con una Constitución, acabaría con el sueño europeo integrador. Los estados querían disfrutar de su nuevo prestigio, reclamar su posición, desbordando una crisis económica y política sin precedentes que se forjó tan dentro como fuera del supraestado. El ciudadano fue olvidado al tiempo que ellos se olvidaban de Europa, el formato ya no servía, la burocracia y los fines tampoco ayudaban y el voto caía uniéndose a batallas por la deuda, en las que el capital se antepuso a las personas.

Un proyecto en horas bajas


El desenlace, casi en lo que va de siglo, es desalentador.

Ahora no existe una lucha por formar parte de esto; incluso uno de los motores, Reino Unido, lleva años queriendo dejar el proyecto, pero se presenta el primero a unas nuevas elecciones para un macroparlamento que poco a poco ha ido incorporando populistas, escépticos y radicales con el estado, nacionalismos que sienten con miedo el aliento de una “sociedad pobre”, procedente de guerras y corruptelas, desde oriente y sur (África), que quieren arrebatarles su calidad de vida. Un ciudadano europeo que prefiere ser flamenco, bávaro, corso, lombardo, catalán o escocés, que ha perdido el sentido de la cooperación, del fin integrador de un proyecto social desarrollado por sus estados miembros.

Los políticos en Europa deben recuperar el sueño antes de descomponerlo entre resquicios judiciales en Waterloo, fronteras y vallas a la pobreza no consideradas “comunitarias”, representantes políticos que se someten a los dictámenes de gobernantes estatales, paraísos fiscales amparados en su ordenamiento para el capital, y sobre todo el fin social de cooperación bajo el que se concibió la Unión como medida de evasión de los conflictos armados de otro tiempo.

Errores y aciertos


Para ello, comencemos por hacer una reflexión sobre errores y aciertos, sobre el trabajo del Parlamento Europeo, y su verdadera acción política desde la representación del pueblo europeo.

No nos sorprendamos de la escasa participación de un estado miembro si desde su reciente adhesión nunca superó el 30% (República Checa) o incluso el 20% (Eslovaquia).

No enfaticemos que los que quieren dejar el barco sean los primeros en votar el jueves 23, con una debacle anunciada en su actual gobierno; no presuman de europeos por una mayor participación los españoles cuando unen municipales y autonómicas a un proceso en el que la opinión pública no conoce propuestas, ni candidatos, ni número de escaños…

Europa tiene un grave problema social que solventar, con la oportunidad de mostrar al mundo el camino del desarrollo necesario, que no sólo ha de ser sostenible. Un sueño por terminar de visionarios del crecimiento comunitario.

The Conversation

Víctor Raúl López Ruiz, Profesor Titular de Universidad, Universidad de Castilla-La Mancha

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

lunes, 6 de mayo de 2019

García-Page acaricia la mayoría absoluta




Tantos datos recientes al alcance, la hormiga no se resiste a realizar un análisis pormenorizado de tendencias y votos para determinar el resultado más posible en las autonómicas para las Cortes de Castilla-La Mancha.

Desde la reforma de Cospedal son 33 los diputados a Cortes regionales, por tanto son 17 los que otorgan la deseada mayoría absoluta. El trabajo realizado por García-Page como aval en sus cuatro años de legislatura, en un gobierno participado en una segunda fase por UP, que sin duda ha debilitado a estos últimos, cómo además ha ocurrido en las últimas generales. La derecha  seccionada en tres partidos, que se quedó en puertas en las últimas autonómicas, es ahora un hecho seguro al dar entrada a ciudadanos y VOX. Todo apunta a un escenario beneficioso para un socialismo moderado, que abandera luchas frente a nacionalismos, y enfrenta a sus hermanos en Madrid si la región lo requiere desde los tiempos de Bono.

Considerando el escrutinio de las generales voto a voto el reparto sería de 12 para PSOE, 8 para el PP, 6 diputados de Cs, 4 de VOX y 3 del socio de gobierno, UP. Sin embargo, dos hechos deben tenerse en cuenta, por una parte las tendencias que arrastran a la derecha a continuar con su división con el ‘sorpasso’ de C’s a un PP en horas bajas, y por otra los candidatos, todos novatos, excepto los Garcías, es decir, García Molina de Podemos y el Presidente socialista García-Page.

El cóctel se conjuga con una caprichosa ley d´Hont repartida en cinco provincias que lleva, si la participación se mantiene, con una probabilidad cierta, a un reparto en el que puede producirse el ‘sorpasso’ de Picazo a Núñez en tierras ciudadrealeñas, están en un empate técnico, y un exultante García-Page que puede conseguir la mayoría absoluta en liza en un claro frente con UP en la provincia de Toledo.

Esta vez no es un ajuste sobre el error de una encuesta, sino que la hormiga analiza y plantea escenarios sobre el escrutinio real de las generales, con una alta probabilidad de acierto, esperaremos al 26M.