Tras una semana de campaña, no veo mucho más que marketing y poca política.
En el anterior artículo planteaba el hecho de que negociar será hacer política en el futuro próximo, y que los elegidos han de aprender. Desgraciadamente, les falta experiencia a todos, seguimos en paños menores frente a otros sistemas cercanos. En este ámbito son necesarios los partidos sin prejuicios al pacto, matizando, en todo caso, que sea dentro de una atmósfera de no corrupción y legalidad, pero esa es la vía y la aptitud hacia el consenso y no el enfrentamiento infranqueable en el que se posicionan como opciones extremas. En esto consiste la democracia, en acordar acciones para el bien común y no conseguir una mayoría para beneficiar a unos pocos.
Si en una balanza hubiera de poner las promesas de esta semana, irremediablemente se inclina hacia el lado de la inconsistencia, el populismo, y en algunos casos roza el esperpento.
Disparatado resulta comprobar los cambios de programa de algunos partidos en un intento falaz de acercarse al centro, sin cifras en lo económico, anunciando una vez más subidas de impuestos generalistas básicamente en contra de la clase media, hinchando el gasto público pero olvidando promesas de rentas básicas, sin contar con algunas joyas que dejan sus dirigentes al defender la paridad en sus listas, instando a que el problema de no lograrla es 'consentir el voto para elegir a los candidatos', Pero la batalla por el esperpento alcanza sus máximos en ideas de juventud excluyentes para nuestros políticos, con fechas de nacimiento para ejercer el cargo público.
Por otra parte, tenemos a los amantes de la foto en la que programan excursiones o bailes para mostrarse iguales a la mayoría, intentando recuperar por unas horas la cercanía a los demás, en este caso si que simpatizo más con algunos candidatos que están a pie de calle, escuchando los problemas reales, y que no recurren a dichas tácticas de última hora.
He de reconocer que en esta última semana si se han propiciado algunas medidas que resultan necesarias como los proyectos para recuperar capital humano que emigró con la crisis, apoyo a trabajadores autónomos en fiscalidad, o cambios en la ley electoral que se deberán alcanzar necesariamente en unos meses. Pero para seguir encontrando acciones que valgan la pena, lean antes de votar, infórmense y no se dejen impresionar.
Debemos tener los pies en la tierra y ser conscientes de nuestra decisión. :)
ResponderEliminarEE
Cuanto verdad en tus reflexiones
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