Después de unos días de asiento nada tranquilos, pues hemos tenido la lotería, el clásico y el mensaje del Rey, veamos junto a la hormiga qué ha pasado en Cataluña.
Leía ayer que en Cava, municipio de Lérida en el Alto Urgel, tan solo un vecino votó al bloque "constitucionalista", concretamente al PPC, de un total de 44 votantes, nueve se abstuvieron quizá por la edad, y el resto votó a los tres partidos independentistas. En el otro extremo, muchas de las ciudades de la provincia de Barcelona aupaban a C's y en algunas los independentistas no lograban ni un cuarto de los votos. La primera conclusión es que el voto urbano no quiere oír hablar de independencia, siendo Gerona y Lérida los principales feudos nacionalistas, eso si excluyendo el Valle de Arán.
Pero el sistema es cómo es, con circunscripción provincial y ley d`Hont, de tal suerte que la mayoría parlamentaria continúa asentada en el independentismo, con 70 diputados de los 135. Pero si somos realistas y queremos extrapolar resultados a un hipotético referéndum, tenemos poco avance a pesar del 82% de participación, sobre 2015, pues quedaron definidos claramente dos bloques: el constitucionalista formado por C's+PSC+PPC+R0 con 1.899.290 votos, versus el independentista que aúna a JxCat+ERC+CUP con 2.063.381 electores, por otra parte, en el aire contamos con unos 360.000 votos de los Comunes y PACMA, que todos suponen que ante la disyuntiva mayoritariamente serían contrarios a la independencia, pero con 160.000 votos de partida a favor de estos, nos hacen pensar que la consulta estaría muy apretada, no ayudando mucho a definirse en ese sentido declaraciones y actuaciones como las de Colau frente al 1-O.
En este dilema, Inés ganó claramente las elecciones, pero no podrá construir un gobierno autónomo en una situación de enfrentamiento de bloques. ¿Y quién podrá? es mi pregunta, pues antes del 23 de enero se constituirá el parlamento autónomo y el 6 de febrero sería el primer debate de investidura. ¿Volverá Puigdemont?... y una vez encarcelado ¿podrá asistir a la cámara?, ¿lo hará por videoconferencia?, ¿los diputados imputados del independentismo podrán votarle?, ¿Inés podrá presentar una alternativa y ganarla en segundo debate o posteriores?
Como decía nuestro monarca en Nochebuena, el ambiente de crispación y de bloques no ayudará, pero debe evitarse el bucle de la marmota independentista y también el del 155, aunque ya se nos ha recordado que es la respuesta adecuada ante una postura que pretenda avanzar de nuevo desde la unilateralidad, también decía el monarca que debemos valorar el Estado que hemos creado entre todos los españoles, conociendo sus valores y admitiendo cambios de consenso y "actualizaciones". Es este nuestro último escollo, el del discurso territorial y plurinacional, para salir finalmente de la crisis, inmejorable caldo de cultivo donde se forjó el "España nos roba", y que aún tras el 21D ha sabido mantenerse a pesar de las más de 3.000 empresas exiladas y la caída real del turismo.
Cuando todo apuntaba a una recuperación consolidada en 2018, este nuevo año viene colmado de preguntas y de indecisiones que no agradan a los mercados, ni al turismo extranjero, ni a la situación institucional europea, ni a los intereses de los partidos españoles que se preparan para las autonómicas y municipales del 2019.
De algo estoy seguro, que a la hormiga no le faltarán secretos por descubrir en este ejercicio, ni opiniones que expresar.
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PD: La hormiga H-239791, deja su mensaje navideño en el blog del secreto del hormiguero. Feliz año 2018 a todos los lectores.
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