En tiempos de la marmota, nos invaden las encuestas y barómetros, situando el mercado electoral en la parrilla de salida a poco más de un año para las elecciones municipales-autonómicas, y sin resolver el exilio de Carlos.
Que una encuesta de este tipo es
temporal y depende del momento en que se realiza lo saben todos, pero podemos
extraer algunas conclusiones interesantes para primavera: son cuatro los que
están en la arena, el centro derecha se impone por el momento más por los desaciertos
de sus oponentes que por sus méritos, en los bloques Rivera y Sánchez
rentabilizan posiciones, finalmente, el proceso catalán se estanca y ello
acentúa las tendencias.
Pero el humor nunca debe faltar, Chaplin
decía que la risa apacigua el dolor. ¿A quién votaría en las próximas
elecciones de los que se quedaron en el país? Habría que proponer esta
redacción para Cataluña. El caso es que nos dicen ahora que no corren los
tiempos, nos hemos congelado, y podemos permanecer en este vacío legal durante
meses en el 155, mientras la inocua representatividad del PP en esta región
sólo hace que la tendencia de C’s se mantenga, por otra parte, la ambigüedad de
Podemos provoca similares reacciones desde la otra parte. Aprovechen desde
Tabarnia el vacío para realizar un referéndum sobre el 144, o poner nombre a alguna
plaza con ese nuevo invento, por ejemplo de las que van a llamar 1 de Octubre,
que se llamaron de la Constitución y antes fueron nacionales.
Decían que no somos sensibles a
la corrupción, pero lo cierto es que la descomposición del bipartidismo es la
mejor expresión de que esto no es así, y que para reducirla la única vía es la
renovación del partido en la que unos no quieren entrar, como Rajoy, que prevé
presentarse de nuevo, frente a los otros que no saben cómo hacerlo después del
conflicto entre ‘barones’ y ‘sanchistas’, ni ellos mismos, por lo que carecen
de un plan real alternativo al del gobierno. Faltan aún juicios por resolver y
testigos por hablar que mantienen dichas tendencias. Por cierto, en el
barómetro del CIS la corrupción es el segundo problema más relevante junto a nuestra
clase política. Por otra parte, tan evidentes son las cuestiones como que los
presupuestos serán complejos en su aprobación este ejercicio e imposibles en el
próximo, como que esta legislatura pueda agotarse.
Por último, el disparate Iglesias
ha quedado a la luz como oportunismo populista embarrancado en sus propias
propuestas tanto nacionalistas como españolistas y ‘maduristas’, el coctel
unido al monoteísmo practicado hace que el proyecto siga perdiendo fuelle y
pretendan un cambio renovador de las reglas electorales con C’s.
Como asesor de imagen no tendrían
precio algunos cambios para los cuatro, con una sonrisa diría a Rajoy que se
afeitara y cambiase la montura de sus gafas, quizá podría entonces hablar de
renovación, a Sánchez le iría bien aclararse el pelo con algunas canas y usar
algunas lentes para cuando lee sus discursos en la vía de visualizar un
programa alternativo serio, para Rivera sólo un nuevo peinado a la izquierda
para seguir drenando votos, en cuanto a Iglesias, mejor cortar media coleta y soltársela,
quizá unido a dejar sólo el bigote por su afán de protagonismo, finalmente,
alguno en Bruselas debería raparse para cruzar la frontera.
Y es que según el barómetro del
CIS sólo el 4% de los españoles son claramente infelices, nos preocupa el
fraude y cada vez más las pensiones, estamos envejeciendo y ya estamos de
vuelta de muchas batallas, siendo la mofa la mejor salida para los ridículos
que permite nuestra vida pública. Sean pues felices, llega la primavera.
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