lunes, 10 de junio de 2019

Reclamando la abstención para Sánchez


Ábalos ha sido muy claro en la negociación que comienza para la investidura del presidente en funciones, Pedro Sánchez. En su haber 123 votos, catorce por debajo de Rajoy en 2016, y los mismos que cuando el PP en 2015 tuvo que repetir la consulta. Pues sí, parece el día de la marmota y por esto el secretario de organización socialista ha lanzado un claro órdago a Casado y Rivera: abstención o segunda vuelta que mejoraría a todas luces los resultados para el ganador.

Está claro que no sirve aquello de echar balones fuera y hablar de alianzas con el independentismo para gobernar, pues la mayoría simple permite el gobierno y esto es factible con la abstención, al menos parcial, del centro derecha. Exactamente igual que la petición realizada al socialismo por la derecha hace tres años, que permitiría a la postre el gobierno de Rajoy por dos años, con 68 abstenciones de 83 posibles, por el PSOE.

Aguirre y Díaz Ayuso desde Madrid se mostraron a favor y han sido rápidamente silenciadas por Génova, quizá no tanto por el fondo sino por las formas, el martes 11 será Sánchez quien deba negociar estas condiciones, teniendo aún todos en la mano los cromos de autonómicas y locales. Quizá la maniobra sea una cortina de humo, para ganar tiempo, por la mañana Podemos y por la tarde Rivera y Casado, con la clara intención de una investidura sin votos de ERC.

Iglesias y Montero no tienen ya ninguna fuerza, juegan a chica (en el mus funciona poco) pidiendo entrar en un gobierno a la desesperada y ahogados ante la amenaza de unas nuevas elecciones que los noquearían como fuerza política. La llave de Rivera de gobiernos locales y autonómicos junto al PSOE está explorando posibilidades hasta este sábado y en el camino se cruzará la llamada a la tan denostada "unidad de España" con su abstención en el Congreso. Casado, por su parte, saca pecho para resistir el envite de coaliciones que le arrebatarán algunos feudos y fortalece con sus socios de VOX un formato político extremo, la abstención en el congreso nunca sería entendida por sus nuevos socios, por lo que no puede mostrarla en público, aún, como han hecho algunas de sus destacadas dirigentes.

Cuando todos entierran el bipartidismo, y el problema de fondo es la unidad del territorio o la desigualdad propiciada por las minorías regionales, no está de más ofrecer respuestas diferentes a cuestiones clave, los españoles no somos tan torpes y sabemos que los acuerdos son posibles y los fanatismos populistas, son eso, radicales que florecen por un día hasta que se aclaran sus continuas mentiras con su forma de hacer.

Interesante semana pues para cerrar acuerdos locales y regionales que se cobrarán, al menos en parte, en la próxima investidura. Negociar, así lo han mostrado ya abiertamente Suma Navarra y PSOE en la Foral. Todo estará más claro a partir del sábado, pero mañana se urdirá la estrategia desde Moncloa y Ferraz, ¿están preparados?

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