martes, 22 de octubre de 2019

Contestando a Pep, el nuevo candidato de Mas



Como todos los españoles de buena voluntad me ha invadido una pena inmensa por los acontecimientos de la última semana, quizá con el fin de que fuera trágica como la de 1909, y seguramente así planeada por el independentismo catalán. Pero se les fue de las manos, cuando “lanzaron” al nuevo terrorismo callejero de los autodenominados CDR. Como pistoletazo de salida tuvimos que aguantar además el discurso lleno de incongruencias y despropósito del que se alza como nuevo candidato a presidir la Generalidad cuando el señor Torra dé su paso hacia un lado. Este discurso abanderando al grupo oculto “Tsunami Democrático” se difundía en redes justo tras la publicación de la sentencia del Supremo sobre los acontecimientos en torno al 1 de Octubre, y los apoyos de sociedades como la deportiva del FC Barcelona.

El entrenador del City y hermano de la delegada de exteriores catalana en países nórdicos, con gesto serio presenta a un estado opresor español al que le exige que se siente a dialogar sobre autodeterminación, cuando no existe en su legislación tal cuestión, habla de un movimiento transversal independentista “mayoritario” y no violento, quizá no sabía que los CDR, aupados por un Torra que decidió cortar carreteras, eso sí marchando pacíficamente, harían cientos de hogueras con barricadas, arrancarían adoquines para lanzarlos a la policía, quemarían coches, motos y cometerían actos de pillaje y destrozos en comercios, bares, bancos… Plantea, siguiendo con el vídeo, ante el tan manoseado derecho de libertad de expresión, que lo del 1-O fue simplemente eso, no hubo sedición, se convierte pues en un adelantado juez que insulta al Estado, a sus instituciones, reclamando una historia oprimida para ese “su pueblo” que surge en último término de una distribución provincial estatal decimonónica, y pretende la internacionalización del conflicto para que desde la ONU o la UE le solucionen una cuestión, que han dejado claro que para ellos es interna.

Pero lo que si es cierto es que el daño se ha hecho, socialmente la división se acentúa y radicaliza entre independentistas y los que no apoyan sus ideas, y económicamente por el momento son ya casi 3 millones en pérdidas cifradas desde el Ayuntamiento de Colau, a los que debemos sumar la imagen proyectada para una ciudad eminentemente turística, receptora de reuniones empresariales y congresos internacionales. Nuestros mayores no quieren ir a disfrutar de sus vacaciones subvencionadas, pero los extranjeros han pasado miedo y sufrido esperas en un aeropuerto colapsado. El parque temático de Port-Aventura fue sustituido por el de las reyertas con la policía y el odio hacia el resto de España se radicaliza.

La gestión de la crisis ha estado edulcorada por los fantasmas del pasado, conteniendo siempre las barricadas y manteniendo a duras penas el orden público. De nuevo, los políticos, tienen la excusa para su campaña, aunque ya ninguno de los mayoritarios quiere sentarse para hablar sobre unas condiciones iniciales ilegales, Torra lo sabe, ahora amenazará para provocar el 155, la cuenta atrás ha comenzado, lanzando la propuesta de resolución pactada con el resto del independentismo, que reitera la unilateralidad del Parlamento regional a unos días de unas nuevas generales.

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