lunes, 16 de diciembre de 2019

Greta, ¿qué garbo?




Esta joven sueca, que roza los 17 años, ha conseguido, sin apenas garbo, mediatizar un problema social en un mundo que agoniza, prueba de ello es que no deja indiferente a casi nadie, creando seguidores y detractores, eslóganes, portada en el Time y memes de todos los colores. Antes de nada, táchenme de lo que quieran, que yo “prefiero una Greta a medio Trump”.

Cuando el siglo avanza hacia el olvido de la globalización social, en pro de un nuevo nacionalismo de micro estados, cuando el poder supranacional decae en beneficio de los más ricos y el olvido de más de medio mundo ya no es noticia, vino una joven, con síndrome de Asperger incluido, a tocar las narices de algún que otro líder elitista que sólo busca el interés local, caiga quien caiga.

Y dio un ultimátum a la sociedad, un nuevo objetivo por el que aunarnos y avanzar juntos, el planeta. Nuestro medio decae, día tras día, por el sistema al que hemos llegado, basado en hidrocarburos y consumo enfermizo. Greta nos avisó de ello, aunque fuese un próximo juguete roto, lo hizo y puso cara a esa juventud que quiere romper con lo que hace daño del sistema, en los sesenta fueron las prohibiciones, en los ochenta los bloques y ahora son ellos. Quizá debamos pensar los que ya peinamos alguna que otra cana, que pasó entre Greta y nuestra juventud, los que comprábamos con esportillo o carro, reutilizábamos sifones o botellines de cerveza, de gaseosa, teníamos lechera para comprar leche y botellas de cristal para el agua con una media de edad de dos o tres años, llevábamos al zapatero los zapatos para echar unas suelas o tacones, nos ponían rodilleras en los pantalones para que durasen una temporada más… que pasó para que después nada de esto fuera normal, cuántos Black Friday, y Ciber Monday hemos sufrido para olvidarnos de repente de todo ello, y criticar a una niña porque levanta la voz contra ello.

La sociedad ha girado hacia un neo-nacionalismo que fomenta el micro-estado, en el que los más ricos quieren seguir progresando a cualquier precio, abanderados por Trump, Putin o el mismo “rey del Brexit”, el señor Johnson, aunque el resultado sea acabar con nuestro planeta. Ahora Greta ya no se lleva ayudar al otro, menos a un mundo que no habla, no se queja, por mucha sequía o deshielo que haya, ellos seguirán a cubierto, con su mando a distancia. Solo quizá esa mediatización pueda abrir ojos, aunque hemos visto como en Madrid, antes Chile, que sin los líderes, tampoco hubo acuerdo en esto del clima. Quizá Greta alguien te hable de cómo hubo un pasado en el que trabajamos juntos por salir de la pobreza, por construir nuevos espacios supranacionales de bienestar, por salvar a África de su aniquilación, al menos yo lo echo en falta, cada vez el hormiguero se divide más buscando el beneficio de las galerías. Greta no te canses, ojalá y muchos jóvenes creéis un nuevo objetivo por el que seguir siendo sociales y no meros individuos.

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