miércoles, 16 de abril de 2014

18. El economista.

H-239791 pensaba cómo llegar pronto a la vida política, sólo encontró un camino factible, cambiar el sistema desde adentro. Una vez en lo más alto, podría cambiar desde la política. De esta forma, estudió todas sus posibilidades para avanzar. Habría de mostrarse como una hormiga formada, culta… Pero, sin duda alguna, lo más necesario era no mostrar ninguna debilidad para ser atacada por sus oponentes, no debía tener escrúpulos, presentar un entorno familiar protegido, manejar a los medios de comunicación y conocer a sus adversarios.

Con estos medios y su posición, se propuso entrar en política, conformando un equipo en el que debía contar al menos con un economista, un inversor y un periodista.

Entonces le presentaron a H-210710, Economista con ambición que perseguía un solo objetivo que le inculcaron a fuego en la universidad: “maximizar su beneficio”.

Con habilidad política lo preparó para interrogarle sobre su postura ante un tema de actualidad, y entre copas le asestó la siguiente cuestión:

—¿Crees que es posible un hormiguero sin diferencias y con empleo para todos?

H-210710 sin dudarlo respondió:

—Amiga, eso son dos preguntas que intentaré responderte. A la primera te diré que no, pero en cambio a la segunda te diré que si. Las diferencias existen para todas, desde nuestro nacimiento, y perduran pues en nuestra sociedad están instalados conjuntamente los efectos de clase y mérito que en muchas ocasiones conviven. En pocas palabras, la cuna de la que provienes, más los estudios que incorporas tienen alta relación con lo que al final puedas ser. Por otra parte, en cuanto a la segunda, el número de empleos puede aumentarse o reducirse, solo se precisan fórmulas para ello…, a una hormiga se le puede pagar incluso por que mire a otra, si eso es lo que conviene…

—Bien, y si no te permiten crear más empleos…

—Entonces, —le interrumpió la economista- repartes el trabajo de los que quieras entre los que consideres, o les facilitas buscar empleo en otro hormiguero.


—Eres sagaz, me gustaría que en el futuro hiciésemos negocios juntos, —respondió H-239791.

miércoles, 2 de abril de 2014

17. El regreso

Se había acostumbrado a vivir allí, pero sus raíces le recordaban siempre a su nido en el hormiguero de nacimiento. En él había iniciado su formación y tenía su familia. Soñaba desde larva con llegar a la política y poder ejercer en su hormiguero. Por eso aquel día no dudó en presentarse para un puesto de director de formación en la cadena de recolección que ofrecía la empresa donde trabajaba en su antiguo hormiguero. Parecía hecho a medida, diseñado para ella,… sus contactos hicieron el resto.

Una eternidad había transcurrido fuera de su hormiguero, lo suficiente para sentirse extranjero en su tierra y que la nostalgia no dejase ver la hiriente realidad. El trabajo no era suficiente y los envíos de hojas al exterior diezmaban las posibilidades del hormiguero. Los políticos no innovaban y las dos fuerzas principales ya no se diferenciaban salvo en los rostros de un puñado de dirigentes.

H-239791 era ya una hormiga madura, formada y conocedora de otros sistemas, quería solventar el problema, pero no sabía cómo empezar, quizá necesitaba más información sobre la economía y sociedad del hormiguero, por ello no dudo en aprovechar su cargo directivo para acercarse a la élite social.

Pronto se rodeó de grandes contables, directivos y políticos, observando como utilizaban las leyes para enriquecerse, la connivencia para lucrarse aún más, la experiencia para chantajear a los subordinados y el poder para buscar el respeto que de otra manera nunca habrían ganado… 

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