martes, 31 de diciembre de 2013

12. Independencia II

Tras su conversación, la hormiga pensó que echando la vista atrás, además de tiempo, había pasado que las hormigas cada vez eran más y también había más hormigueros, por lo que quizá pudiera tener éxito el proyecto de aquella obrera. No obstante, el nuevo sistema mundial soportado en hormigueros coaligados iba en su contra.

En estos argumentos estaba, cuando entró a escena una hormiga banquero que increpó a la independentista diciendo:

— ¿No has pensado en las finanzas del nuevo hormiguero? Será un pequeño mercado condenado a la pobreza.

— También pensé en ello, —contestó la joven secesionista—. Hasta la separación el hormiguero y su séquito incipiente se nutrirá del viejo hormiguero. Después, se pasarán unos años algo complicados pero no difíciles, con nuestros trabajadores e industrias mantendremos los servicios de la comunidad como salud, educación,… Las obreras pagarán para que las no obreras reciban su pensión y en pocos años todo será viable. Algunas políticas de atracción de capital serán necesarias y si el mercado no se nos abre lo abriremos con unas condiciones inmejorables para la inversión, buscaremos mercados que nos financien. Finalmente, los hormigueros vecinos habrán de elegir entre dejar participar del mercado al nuevo hormiguero o tener un competidor desleal en su puerta.

El banquero la miró atónito y sonrió diciéndole:

— Avísame cuando comiences, necesitarás banqueros.

Entre risas y copas siguieron debatiendo, hasta bien adentrada la noche. H-239791 seguía aprendiendo, quería volver a su hormiguero fortalecida para poder adentrarse en el séquito, sus aspiraciones también crecían.

Frase del autor: “En la actualidad una nación la componen unos metros de tierra y sus propietarios vinculados a ella; pero un estado precisa además de una clase política y de medios para mantenerla”.

viernes, 20 de diciembre de 2013

11. Independencia

H-239791, estaba prosperando y le gustaba, se sentía realizada, consideraba que lo que tenía lo merecía, que sabía ‘moverse’. Entonces, comenzó a soñar con tener más. Una hormiga nunca ha de conformarse, se decía, y se fue adentrando en lo que llamaban círculos de expansión, grupos de amistad que se favorecían para conseguir sus intereses. En concreto, todas las tardes quedaban algunas políticas y dirigentes de obreras en una cafetería para hablar sobre el sistema del hormiguero. Un día, nuestra joven emigrante, conoció a una joven hormiga de su mismo hormiguero, con grandes aspiraciones, nada menos que formar un nuevo hormiguero para proclamarse Reina. Escuchemos la conversación entre ellas:

— ¿Dividir un hormiguero, independizarse, a largo plazo no supone ser más débil y crearse enemistades? —preguntó H-239791.
— Esto depende de la óptica con que lo mires, si desde el hormiguero viejo o desde el que se forma como nuevo —replicó.
— Pero, en un sistema global en el que los distintos hormigueros se alían, ¿qué ventajas supone la secesión?
— Ciertamente son muchas, en un proceso de división surge un nuevo séquito y su Reina, y el coste de su mantenimiento es relativamente bajo, ya que las alianzas con otros hormigueros permiten por ejemplo reducir costes de defensa o seguridad.
— Y dime: ¿Cómo podrías conseguir tu empresa?
— Es sencillo pero lento. Para organizar una secesión pacífica hemos de convencer desde dentro a nuestras hormigas, señalando una zona del hormiguero como diferente y adornándola con la historia y las leyendas, si fuera preciso, para ello, manejando estos hechos podremos identificar ese hormiguero como diferente. Primero, hemos de conseguir algún tipo de autogobierno que nos permita diferenciar nuestra política educativa, formar a nuevas hormigas como diferentes y para ello utilizar también el idioma. Posteriormente, cuando no tengamos dudas sobre ello habrá que hacer ver al resto del hormiguero que realmente somos diferentes con todo tipo de símbolos y lo que es más importante con nuestra forma de hacer las cosas, consiguiendo autogobierno a cambio de apoyos al Séquito dirigente. El último proceso es el de separación en el que utilizaremos las leyes para conseguir un nuevo hormiguero con un nuevo séquito y poder recaudador para su mantenimiento.
— Muy estudiado lo tienes. Pero has pensado en que tu política de alianzas ha de superar a la del viejo séquito, que las leyes pueden no permitirte conseguir tus fines, que tus hormigas pueden no estar de acuerdo…
— Espera, —interrumpió a H-239791-, para esto tengo pensado actuar en algún momento de crisis institucional y económica, utilizar la ambigüedad de las leyes y los complejos democráticos del séquito del hormiguero.
— Es muy cierto que tu plan tiene grandes posibilidades, si acaso no sé si cuentas con que los demás hormigueros aliados permitan que tu plan funcione, más que nada, porque lo identificarán como amenaza para sus séquitos, en ese momento tu proyecto estará condenado al fracaso.
— Puede que lleves razón a corto plazo, quizá yo no lo vea pero cuidaré que mi progenie esté identificada para formar el séquito cuando llegue el momento.

Frases célebres de una hormiga (Séneca): “Mi nacimiento no me vincula a un único rincón. El mundo entero es mi patria”, y “Nadie ama a su patria porque sea grande, sino porque es suya”.

sábado, 23 de noviembre de 2013

10. ¿Mentoring?

H-239791 pronto perfeccionó el idioma del nuevo hormiguero. Cuando el sol se ocultaba solía cenar con H-111791, hormiga supervisora general de la cadena de recolección, delegada sindical y miembro de un partido progresista, es decir, de la casta del séquito de la Reina en el nuevo hormiguero, si bien, en la parte baja.

Pronto surgió una amistad que propiciaría que nuestra hormiga dejase de cortar hojas en primera línea, pasando a supervisar la línea media de recolección de semillas. La noche antes de su nuevo puesto se reunió con su amiga para celebrarlo. Cuando pasaron dos copas y la conversación se desordenó sin trabas aconteció el siguiente diálogo, H-239791 dijo:

— Tengo que darte una vez más las gracias por valorar mi trabajo y considerar mi petición de promoción.
— Para que están los amigos, fue fácil la elección —contestó sin dilación H-111791.
— ¿Tan malas eran las otras hormigas que aspiraban al cargo?
— No lo sé, si te soy sincera no tuve ocasión ni de leer sus curriculums. Mi opción estaba tomada.

Tras un largo silencio, la joven continuó.

— Pero, entonces, fui elegida ‘a dedo’, por amiguismo…
¬— No lo tomes así, realmente esta forma de contracción se basa en lo que en las altas esferas denominamos ‘mentoring’, para mi es mejor tener un subordinado de confianza sobre el que puedan recaer responsabilidades. Alguien que me libere de cargas para a la vez hacer méritos y continuar su escalada, es así como se hace pequeña, ¿qué pensabas?
— ¿Y el resto de compañeras? — preguntó angustiada.
— Algunas aprenderán que con afiliarse a un partido o sindicato no está todo resuelto, deben ganarse la confianza de su superior y al tiempo ser buenas en su trabajo, pero sobre todo lo primero. El resto nunca aprenderán, aunque se esfuercen en ser las mejores, siempre serán hormigas necias, sin aspiraciones…

Siguieron bebiendo hasta bien adentrada la noche, H-239791 estaba madurando a golpe de secretos bien guardados por los hormigueros.

Frase célebre de una hormiga (Indira Ghandi): “Un día mi abuelo me dijo que hay dos tipos de personas: las que trabajan, y las que buscan el mérito. Me dijo que tratara de estar en el primer grupo: hay menos competencia ahí”.

martes, 12 de noviembre de 2013

9. Un tornillo

La hormiga alcanzó el nuevo hormiguero, todo le parecía mejor que en el suyo, pero lo cierto es que no era tan diferente. Parecieran las galerías mayores, mejor organizadas, hasta las hormigas más grandes y sanas. Su lenguaje era diferente, pero ella había aprendido sobre él, aunque nunca habló nada lejos de su entorno. Se sentía fuera de sitio, aunque al tiempo se le acumulaban las ideas sin poder expresarlas adecuadamente. El contrato, también con letra pequeña, redactado en otro idioma, le ofrecía un puesto de recolectora, pero en la zona más expuesta. Aquella hormiga habría firmado cualquier cosa, el momento la invadía. Todo era tan diferente, al menos en apariencia.

Salía en cinco minutos al exterior, un curso intensivo le advertía sobre todos los peligros. Las soldados esperaban al grupo y lo escoltaban, allá comenzó su aventura, durante ocho largas horas no hizo otra cosa que acarrear hojas, funcionaban como una maquinaria bien engrasada en un sistema que las convertía en una pieza de una singular cadena. H-239791 se había especializado en el corte de hoja y era su cometido cortar y pasar la hoja. Descansaban dos veces cada 4 horas, tras la agotadora jornada les esperaban las galerías para recolectoras con un espacio para dormir y una hoja fresca que comer, al sexto día se descansaba y se pagaba en dinero que utilizaban para tener cosas y comer. En esto consistía fundamentalmente el sistema económico de aquel hormiguero, como el de tantos otros.

A los pocos días añoraba todo. Hubiera creído enloquecer cuando se percató que solo hablaba con otras extranjeras de su hormiguero para demostrar que allí eran más pobres, pero se vivía mejor. ¡Qué miserables momentos!, acarreando recuerdos para sobrevivir a las circunstancias de un sistema tan engranado, en el que te sientes alienado y te puedes comparar con un tornillo en una superestructura de acero.
Nuestra superviviente pronto destacaría en el corte por lo que entabló amistad con una de las supervisoras que la propuso para promocionar…

Frase del autor: “El sistema económico actual está pensado para que algunos vivan sin trabajar y la mayoría trabaje para sobrevivir y para que vivan los primeros”.

viernes, 25 de octubre de 2013

8. Pactar para avanzar

El sol marcaba el inicio de la jornada al llegar a su galería. En pocos minutos comió algo y salió a toda prisa hacia el exterior porteando su maleta. Dejaba su hormiguero atrás, recuerdos, amigos, familia. Pero la curiosidad le hacía olvidar todos sus temores. La hormiga soldado de la puerta al fin la autorizaba para salir. Plantas de tamaño descomunal, infinitos senderos y mucha luz. Entonces, se sintió pequeña, como desprotegida y pronto el miedo a lo desconocido se apoderó de ella, pasó por su cabeza la idea de volver. Una de las hormigas-soldado que acompañaba al grupo hacia el otro hormiguero le dijo:

— ¿Es la primera vez que sales del hormiguero? ¿tienes miedo?
— Si es la primera, pero no, no tengo miedo —respondió.
— Es normal que te sientas pequeña y desprotegida sin nada a tu alrededor, pero no temas, el sendero es seguro a estas horas, y pronto estarás en otro hormiguero aún mejor que el nuestro.
— ¿Por qué es mejor? habrás querido decir diferente, replicó H-239791.
— Es mejor, pues las reinas gestionan mejor y existen menos diferencias entre las hormigas, lo verás con tus propios ojos. No trabajan más, ni tan siquiera lo hacen mejor, pero están organizadas como grupo. Por ejemplo, el sequito de los políticos siempre ha de cooperar en este hormiguero y los grandes temas sólo son viables por consenso: educación, sanidad, seguridad, administración, se deciden mediante pactos en los que todos deben aportar y estar de acuerdo. No hay vencedores ni vencidos, todos ganan.

H-239791, suspiró y enmudeció pensando cuantas novedades habría de descubrir en aquel hormiguero y cuan magnífico era el sendero por el que transitaba, pero sobre todo pensando en las hojas y dinero que podrían ahorrarse con un pacto en el sequito en beneficio del interés general. En su hormiguero lo que se aprobaba por un séquito era eliminado por el siguiente y vuelta a empezar, siempre en el mismo punto de partida.

Frase célebre de una hormiga experta en séquitos (Jean Jacques Rousseau): "Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos".

viernes, 18 de octubre de 2013

7. "Gaudeamus Igitur" / Alegremonos pues...

Se había pasado recordando sus clases y profesores toda la noche, no había podido descansar más de un suspiro, los nervios no la dejaron conciliar el sueño, sus días de formación y trabajo en el nido habían acabado. Esa mañana le entregaban el Título Superior de Recolectora y podría salir al exterior. Había estudiado todos los tipos de hojas, itinerarios, jerarquías, enemigos, sistemas de comunicación, había realizado multitud de trabajos y ensayado los procesos de recolección en una galería diseñada especialmente para ello. Era una hormiga altamente cualificada que cualquier hormiguero podría tener para sí, casi había olvidado algunas inquietudes sobre el hormiguero del pasado mes y las conversaciones con su vieja amiga.

En el discurso de entrega de títulos su padrino les agasajó con todo tipo de cumplidos, pero lamentó no tener trabajo que ofrecerles. El hormiguero tenía promociones de hormigas preparadas como competentes recolectoras para salir afuera, pero no podía otorgarles muchas oportunidades.

H-239791 era una magnífica alumna, sus ganas por aprender y su curiosidad le permitieron conseguir el premio a la mejor recolectora graduada. Temblándole las piernas subió al centro del escenario a recogerlo, mientras se entonaba el 'Gaudeamus Igitur', y se dirigió a sus compañeras y autoridades con sus primeras palabras en público, casi balbuceando ante un auditorio repleto se hizo el silencio y dijo:

— Gracias a todos los presentes… — y continuó tras unos pocos aplausos— el sistema del hormiguero me permite estar aquí esta mañana recogiendo el premio a mis días de formación, pero mi inexperiencia me hace ser libre y poder aprovechar la oportunidad que se me brinda para hablar sin ahogamientos. No alcanzo a comprender la ignorancia de un hormiguero que permite que sus hormigas a las que ha formado tengan que marchar fuera, a otro hormiguero, para lograr sobrevivir. Pues siempre fueron las hormigas las que hicieron grande un hormiguero. Pero lo que me horroriza es pensar que esto se podía haber evitado, la situación del hormiguero la fomentó la avaricia de todos, pero sobre todo de los que más tienen. Con lo poco que he aprendido en mis meses de vida, cada uno ha de cubrir sus necesidades con unos recursos, y esto ha de estar nivelado, ahora hemos caído en el mayor desnivel, en el que ya se encontraron pasadas generaciones. Ahora cambiamos dinero para sufragar al hormiguero por hormigas perfectamente formadas, vuelven a ganar los de siempre. A pesar de mi formación, sigo sin entenderlo y quiero preguntar en este auditorio si entre todas las eruditas que están aquí esta noche alguna puede explicarnos ¿por qué ocurre esto? Y lo que es más importante ¿podremos evitarlo para próximas generaciones?...

El silencio otra vez recorrió cada sillón del escenario y cada butaca del auditorio, después los aplausos taparon la vergüenza.

Una pequeña maleta y un puñado de ilusiones la esperaban para salir a trabajar en otro hormiguero. Lo mejor para H-239791 es que sería a la mañana siguiente cuando por fin descubriría el exterior.

Frase célebre de una antigua y sabia hormiga llamada Cicerón dijo: "Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla".

jueves, 10 de octubre de 2013

6. 'Demos Kratos' o el poder del pueblo

Se despertaba una fría mañana de otoño en el hormiguero. En el nido la sirena y la bata blanca hacían que comenzara una jornada más. H-239791 no paraba de comentar a su experimentada amiga todo lo que había visto y oído el día anterior.

Sin dudarlo un momento, su amiga H-100239, le explicó en qué consistía el sistema social del hormiguero:

— Pequeña, desde tiempos remotos las élites han controlado lo público, aunque es cierto que los métodos han ido cambiando. Ahora se llama Democracia.
En el pasado, cuando eran menos las hormigas, se implantaba un séquito alrededor de la reina que era el que gestionaba lo público, es decir, los tributos que se pedían a las clases obreras para mejorar el hormiguero donde todas vivían, esto se llamaba oligarquía, y se soportaba en la diferenciación de castas por el poder acumulado de las mismas. Así se mantuvo a lo largo de los siglos. Hasta que hubo un tiempo en que las revueltas sociales hicieron tambalear los cimientos del sistema, dando paso, en algunos casos, a fuertes radicalizaciones en torno a una reina, las dictaduras. Finalmente, de aquella época de revoluciones surge un nuevo sistema que se cimienta en el poder igualitario de todas las hormigas, pero que se instrumentaliza a través de los partidos políticos que se ponen al servicio de las élites y quedan poco a poco bajo su control. Una vez más, la sociedad queda atada con su propia visión del ente social y el partido deriva hacia el poder de la élite que lo maneja. Por propia supervivencia y saneamiento de las élites, algún día hablaremos de esto, son normalmente dos posturas las que se dividen los votos para optar al poder. En algunos hormigueros, ni tan siquiera consienten, con corruptelas, que el oponente alcance nunca el poder. Mientras tanto, cada hormiga parece quedar dentro del sistema cuando emite un voto, pero sin garantías de cumplimiento de lo pactado, ni de representatividad de sus intereses, ya que primero se difuminan en la agregación a los intereses particulares de las otras hormigas y luego serán malversados por el propio interés del partido (sus dirigentes).
— Pero entonces, ¿hay alternativa?
— Yo no la conozco, pues ha esto debes añadir que el sistema soportado en la democracia es el que se impone como modelo desde el principal hormiguero de la tierra, copiándose después por los demás con las peculiaridades que le sean propias. La opción suele venir desde las élites una vez más, a través de la separación del hormiguero para crear otros más pequeños en los que poder gestionar lo público y tener más poder.
— Es difícil de entender, pero al menos ahora más hormigas vivimos mejor que en el pasado…
— Esto depende, pequeña, de lo que en cada era entiendas por ser pobre…

Un día duro de trabajo por delante daría tiempo a H-230791 para asimilar algunas de las nuevas enseñanzas de su amiga.

Frase célebre de una hormiga poderosa (Winston Churchill): “La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás”.

jueves, 3 de octubre de 2013

5. El interés general

Apenas el último rayo de sol dejaba entrever el camino a su galería. Animando el paso se tropezó con dos hormigas inmersas en una trivial conversación, por su presencia habían de ser poderosas, parecían del séquito real, pudieran ser políticas. Sigilosamente se detuvo e intentó escuchar, la más anciana se explicaba de la siguiente manera:

— (…) Hemos de convocar a las obreras a una reunión y arengarlas contra nuestras opositoras, pues no podemos dejar pensar que hacemos las mismas cosas.

— ¿Pero? — Replicó la más joven—, será complicado hacer propuestas diferentes y que funcionen, realmente la gestión del hormiguero se hace de forma muy parecida a cuando nosotras éramos las que lo decidíamos.

— ¿Quién dijo realizar nuevas propuestas? —exclamó la primera—, se trata de hostigarlas y buscarles todos sus trapos sucios, tacharlas de corruptas y probar que lo son para poder volver a dirigir nosotras, ya sabes, recuerda lo que hacían ellas antes, por el bien del hormiguero.

— ¿Por el bien del hormiguero? ¡Ah!, ya entiendo…, ¿y cómo hacemos?

— Espiando, chantajeando, o agrandando algún rumor, siempre funciona, el poder contamina y corrompe, siempre hemos…

La hormiga más anciana interrumpió su alegato, pues advirtió que la podían estar escuchando.

Entonces, H-239791 se percató de la situación y huyó despavorida, no daba crédito a lo que había escuchado. Ahora si que sentía un peso brutal en su pequeño cuerpo, le habían hablado tanto del ‘Hormiguero del Bienestar’, pero le sobraron unas horas para entender que se soportaba realmente en el agotador trabajo para el hormiguero de las obreras, a cambio de un sueldo que en su mayor parte habían de devolver al hormiguero y en la gestión de los recursos de ‘todos’ por una élite que se peleaba por obtener beneficio propio, priorizando el asalto al oponente sobre la cooperación y el interés general. Estaba decidida a preparar una entrevista con alguna hormiga de la casta dominante para buscar y dar respuestas, estaba decidida a salir del hormiguero para ver el exterior y compararse con otros hormigueros, había que cambiar y aprender…

jueves, 26 de septiembre de 2013

4. '2+2 son...'

Por fin, unas horas sin trabajo, aquella jornada descansaba de su turno y había pensado recorrer el hormiguero para ver el trabajo de las recolectoras. Avanzó por las galerías hasta la vía de acceso al exterior, ¡era fantástico! La vía se dividía en dos sentidos uno de carga hacia adentro del hormiguero y el otro de vuelta al exterior, cada diez centímetros accesos a nuevas galerías y al fondo una gran despensa para abastecer al hormiguero.

H-239791 se encontraba en una de las últimas galerías, muy cerca del almacén donde observaba el proceso. Las hojas, pipas y otros alimentos llegaban porteadas sin parar, en un colosal atasco controlado al banco de alimentos donde se clasificaban. La mercancía era esencial, la porteadora no, ya que había muchas. Si estaban desfallecidas o heridas eran retiradas o sacrificadas volviendo al exterior. Cuando su jornada terminaba se les daba una hoja como salario. Los soldados escoltaban el proceso y guardaban el almacén.

Entonces ocurrió que una recolectora paso al lado de la joven obrera observadora, muy cansada ya se retiraba feliz con su hoja, y H-239791, tras saludarla, no dudó en preguntarle:

— ¿Cuántas veces has porteado hoy alimentos al hormiguero?
— Cuarenta y una —contestó—. Soy una hormiga muy productiva.
— Sin duda así es, has traído alimento para cuarenta hormigas más. Aunque, si todas hacen esto habrá muchos excedentes —dijo la joven.
— Piensa que en invierno son nuestras vacaciones y no se trabaja apenas, además hay muchas hormigas que alimentar, crías que cuidar y enseñar y a nuestra reina y séquito que abastecer, —replicó convencida la recolectora—. Aún así, habrá excedentes para cambiar por piedras preciosas y conservar riquezas en el hormiguero, permitiendo adecentarlo, construyendo nuevas galerías y reforzarlo contra eventuales ataques del exterior, —concluyó.
—Pero, no lo entiendo, de acuerdo a las matemáticas que nos enseñan, si calculamos que cada una de vosotras se lleva una hoja al día como salario y portea cuarenta más, y de cada hoja guarda algo para cambiar por piedras preciosas, y el resto lo devuelve al hormiguero por los servicios que ofrece como la seguridad, entonces el hormiguero es muy rico.
—No pequeña el hormiguero no, los que lo controlan, las castas que deciden cómo y dónde gastar ese banco de alimentos y mercadear con sus riquezas—dijo mientras se despedía.

La luz se oscurecía en la galería y las últimas hormigas se amontonaban frente al almacén con sus pesadas cargas mientras H-239791 cabizbaja se hacía cuentas una vez más de lo insignificante que era una hormiga para el hormiguero, el desarrollo del mismo lo hacía más prolífero y lo convertía en una masa de hormigas engranada y engrasada en sus quehaceres para los que se formaban desde que nacían, esa superestructura hacía impotente el deseo de cambio de una hormiga sola, quizá convenciendo a otras podría cambiar el sistema. Pero, ¿a cuántas? Y, ¿estarían todas de acuerdo en el mismo cambio propuesto por unas pocas? Sólo de pensarlo le estallaba la cabeza y el vértigo la paralizaba, pero quería conseguir una solución por lo que convencida seguiría buscando y aprendiendo.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

3. Las 'sin hojas'.

Tras una jornada de trabajo, H-239791 andaba taciturna pensando en las palabras de su amiga en la galería de camino a casa, donde se encontró con una hormiga soldado -las más expertas y ancianas del hormiguero-. Las otras obreras se apartaban a su paso, pero ella se decidió a preguntar, su curiosidad por el exterior del hormiguero era mayor que sus miedos a represalias de tan gran hormiga.
—Disculpe mi atrevimiento, pero no puedo dejar pasar la oportunidad para esclarecer mis pensamientos por el exterior, noble soldado —dijo, H-239791.
— ¿Te diriges a mi, pequeña obrera? —preguntó con formidable voz la hormiga guerrera.
—Si, querría preguntar acerca del exterior del hormiguero, ¿cómo es? —insistió la joven.
—Un lugar tan bello como inhóspito. Con terrenos baldíos, grandes tesoros y muchos bienes, ¡la vista no alcanza a divisarlos! —exclamó—. Pero es un terreno que no tiene galerías, por lo que te encuentras en continua exposición a los graves peligros naturales, así pues debemos proteger a las recolectoras y asegurar que su trabajo se realiza, por el bien del hormiguero —respondió.
— ¿Y se puede conversar con hormigas de otros hormigueros? —continuó la atrevida hormiga.
— ¿Conversar? Las otras hormigas sólo quieren entrar en nuestro hormiguero por sus riquezas. Hay que preguntar por sus intenciones y nunca permitir que las soldados y las desvalidas, sin bienes, lo hagan. Las primeras porque sus intenciones son las de apoderarse del hormiguero en un ataque…
— ¿Y las pobres? —la interrumpió H-239791.
—Las indigentes, ‘sin hojas’, las llamamos, no pueden entrar porque amenazan nuestra forma de vida. Son diferentes, su cultura, lengua, religión…, por lo que si procrean, nuestro hormiguero pierde su esencia, tampoco saben hacer casi nada y lo que hacen están dispuestas a hacerlo por mucho menos que nuestras obreras, peligrando todo el sistema, son ellas o nosotras.
—No lo entiendo, —replicó—. El hormiguero podría aceptarlas, proveerlas del mismo trabajo y formación que aquí, con las mismas condiciones, esto engrandecería el hormiguero y lo haría mejor.
—Te confundes, el hormiguero sería diferente ante avalanchas de ‘sin hojas’ y debería regirse de otra forma, las castas dirigentes habrían de cambiar, ese es el principal problema. ¿Acaso no enseñan historia en la escuela en estos tiempos?¿No os explican lo que pasó con las hormigas colonizadoras en el pasado en hormigueros prósperos como los de América?
Había recibido una lección sobre el control de visitantes al hormiguero, la accesible y agotada soldado se marchó desconcertada por las cuestiones de la pequeña que a pesar de las explicaciones ansiaba cada vez más que llegase el día de salida del hormiguero para entender y contemplar el exterior y a los extranjeros.
Era la hora de la cena, debía apresurarse para llegar a su rincón donde la esperaba unas sabrosas hojas.

lunes, 9 de septiembre de 2013

2. Batas blancas

Difícil fue para H-239791 dormir más de un sueño aquella noche.
Con el alba se preparaba para una nueva jornada de trabajo cuando elucubró una nueva pregunta para su amiga. Absorta en sus quehaceres diarios, desconocedora de los otros hormigueros por su juventud, se preguntaba si, como estaba cansada de escuchar en su escuela, todas las hormigas eran iguales, y si así era, por qué todos los hormigueros no lo eran, pues ella sabía que muchas hormigas intentaban salir de los hormigueros pobres hacia los más prósperos para tener mejores oportunidades en sus cortas vidas.
—Buena pregunta —dijo su experimentada amiga.
—Las diferencias entre hormigas, la mayoría morfológicas, existen ya en la naturaleza, pero la hormiga se ha empeñado en aumentarlas. Sin embargo, todas nacemos y todas morimos, la diferencia está en cómo vivimos. Por ello es básico tener suerte para nacer en un buen hormiguero y dentro del mismo estar bien ubicada.
—¿Qué significa estar bien ubicada?, —preguntó. Si el hormiguero es próspero todas viviremos bien e igual.
—Esto no es así, por desgracia, aunque lo hayas escuchado en la escuela. Muchas hormigas en nuestro hormiguero no encajan en el sistema, viven de sobras, tratan de salir adelante pero sus circunstancias las obligan a salir del hormiguero y buscar nuevas oportunidades en otro. Por otro lado, las que nos dirigen, tienen privilegios que nadie sabe cómo alcanzaron, pero nada es igual para ellas, su vida dista mucho de la de las obreras, incluso algunas se afanan en luchar porque no existan diferencias pero es sólo cara a la galería. A eso me refiero cuando digo estar bien ubicado en el hormiguero, estar cerca de su secreto, su funcionamiento y su control, las obreras sólo obedecemos.
—Si somos iguales, yo las he visto, —increpó la joven incrédula.
—Piensa, quítate la venda, y observa, —replicó H-100239. Ni tan siquiera nuestros números de registro son iguales. Han preservado su casta desde el principio de los tiempos. Su poder viene de la construcción del hormiguero en el que controlaban grandes galerías y a un puñado de obreras. Después, la acumulación de riquezas les propició diferencias en su forma de vestir, de actuar, de vivir. Educaban a su casta en colegios con hijos de la casta, se casaban entre ellos, se guardaban mucho para no mezclarse con el resto de hormigas…
—Pero eso era antes, —la interrumpió nuestra protagonista.
—Te dije al principio que abrieras los ojos y pensaras. ¿Cómo y dónde viven hoy los políticos de cualquier tendencia, y los jefes de hormiguero (reyes o presidentes de la república)? ¿Qué garantías de igualdad ofrece la justicia ante el mismo delito cometido por ellos o por alguna de nosotras? ¿Con quién se casan? ¿Qué trabajos realizan siendo jóvenes los hijos de banqueros, jueces, o cargos políticos? ¿Cuántos de estos están en el paro?
—Entiendo —suspiró. La tradición, el poder y el dinero van de la mano y siempre ha sido así, —asintió nuestra amiga.
Su conversación fue cerrada por la sirena del nido que, como todas las mañanas, señalaba el comienzo de la jornada de trabajo, era el momento para lavarse y vestirse todas con la misma bata, cofia y chanclas blancas…

jueves, 5 de septiembre de 2013

1. Nuestro principal enemigo.

Una mañana de finales de primavera el gran hormiguero estaba de enhorabuena, nacían 1601 pequeñas bajo los cuidados de las obreras. Entre ellas, aparentemente iguales, una larva con el número de registro H-239791 y estatus de obrera. Pronto comenzó a trabajar, ejerciendo de cuidadora del nido y encontró allí a otra hormiga vieja la H-100239 con la que mantenía largas conversaciones sobre el hormiguero. Una noche tras la cena le preguntó sobre los depredadores, había oído historias de los soldados sobre plagas, enfermedades, avispas,…
La experimentada obrera tras un silencio desesperado, sin titubear, susurró:
—La hormiga es el principal predador y enemigo de la hormiga, querida.
—Pero, ¿cómo es posible?, —preguntó la pequeña.
—Las razones son fundamentalmente el control de las posesiones del hormiguero. Es más fácil saquear que producir, es más sencillo formar un ejército y aumentarlo poseyendo nuevos hormigueros y sus recursos que buscarlos, es más útil la colonización de espacios donde ya viven otros que construir nuevos hormigueros, es incluso más beneficioso para las altas castas el secuestro y esclavización de hormigas obreras que su justa manutención, y al fin, es más seguro un gran hormiguero que uno pequeño, la forma más rápida de obtenerlo es tomándolo por la fuerza.
—Pero entonces, ¿podemos vivir en paz?, —replicó la joven.
—No, está en el sentido de ser hormiga, somos pequeñas y nuestra importancia la supeditamos al hormiguero, por lo que nos afanamos en su adecentamiento, en la acumulación de recursos, lo que siempre provoca el deseo de conquista desde el exterior, o desde el interior al confluir varias reinas y disputarse su control.
—Pues el secreto será vivir sola fuera del hormiguero, —insistió muy inquieta.
—Creo que tu ingenuidad sólo es entendible por tu juventud, —respondió la hormiga longeva—. En ese caso, si sobrevives a las adversidades, enloquecerás preguntándote a quien contar lo feliz que has podido llegar a ser.
La pequeña H-239791 enmudeció buscando la oscuridad para dormir tomando conciencia de su insignificante existencia.

martes, 3 de septiembre de 2013

Y llegó el mejor invento para el secreto: el dinero

Se dice de las hormigas que son seres sociales. Si aíslas una con un vaso, la proteges y das de comer pronto enloquecerá y morirá en unas horas. Necesita de otras para vivir.

El hormiguero es pues un lugar seguro y bueno para vivir, por lo que pronto se desarrollará y crecerá en número de hormigas. Con tantas obreras es fácil observar como año tras año, en tiempos de calma y buena cosecha, los almacenes del hormiguero se llenarán, pero esas riquezas son perecederas no permiten la superacumulación de bienes.

Esto fue así hasta que las grandes castas ordenaron acumular bienes no perecederos, curiosidades a las que se les da valor por su escasez, como los metales preciosos,…, para poder utilizarse en el intercambio. Con esto se rompe la estabilidad del hormiguero y aparece el mercado, pudiendo acumular sin fin, y quedando esta acumulación a merced de las altas castas que son las que dictan en el hormiguero qué metales son preciosos y permiten el intercambio por bienes perecederos, también dictan a cuánto equivale en dicho metal el trabajo, los bienes y servicios, así se crea la economía en el hormiguero,... después sería una simple orden en papel de la casta Reina-política la que haga valer ese papel lo que los metales, por lo que ni hemos de exponer los metales al uso diario y a posibles hurtos en su circulación. Aparece el dinero y con él se configuraría el secreto del hormiguero, la acumulación de dinero en el hormiguero para disfrute de unas pocas, creando un férreo estatus de control.

Proverbio de una hormiga (G. G. Márquez): 'El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo'.

sábado, 24 de agosto de 2013

La organización del secreto: Socialismo versus Capitalismo.

Curiosamente se definieron dos órdenes fundamentales de hormigueros con el mismo fin: guardar el secreto para la casta Reina-Séquito.
Ambas se soportaban en la filosofía de la acumulación de recursos para la comunidad-hormiguero, como si de un nuevo ser vivo gigantesco se tratase. Dicha acumulación y su defensa correría a cargo de las obreras, en ambos casos; y las Reinas serían las que dirigirían el proceso y disfrutarían de esos recursos acumulados. Pero, veamos las diferencias básicas entre los dos tipos.
En el primero, el ser-vivo ‘hormiguero’ es aparentemente lo más importante y de él se obtienen todas las necesidades individuales de cualquier hormiga. Se basa en el reparto del trabajo y en la igualdad, pero la acumulación de recursos para el hormiguero suele ser muy elevada y la casta de Reinas que son las que disfrutan los excedentes muy reducida, con lo que viven extraordinariamente mejor que las obreras, cosa que no éstas últimas no alcanzan ni a imaginar: 'no se ve ni se habla de ello'. Cuando salen de su rincón cualquier mañana las hormigas ven a sus vecinas tan iguales, tan desgraciadas por no poder aspirar a algo más, que se conforman sin más…, ya se sabe: 'mal de muchos...'. El Séquito, por su parte, se organiza con una única voz, la de la Reina, y el control es férreo para que ninguna hormiga varíe su estatus, su vida es muchísimo mejor que la de las obreras. Esta organización, en un espacio abierto, con muchos hormigueros más próximos y mejor relacionados ha encontrado su fin, ya que la producción era demasiado específica y el gasto del ser-vivo ‘hormiguero’ demasiado elevado y mal gestionado, al someterse el conocimiento del grupo a la voz de una hormiga Reina. Este es el hormiguero Socialista/Comunista, dónde las castas se especializan, jerarquizan y crecen de forma inversamente proporcional a sus recursos.
En el segundo hormiguero se fomenta 'el rincón de la hormiga' o propiedad privada y el hormiguero se ve sólo como una estructura segura para protegerla. Por esta razón, a las obreras se las obliga a aportar bienes al hormiguero, pero en menor medida que en el caso anterior. Para satisfacer el resto de necesidades se accede a los rincones del hormiguero, permitiendo que las obreras aprendan a obtener beneficios de sus vecinas. En este caso, las castas se expanden más homogéneamente, con más escalas, hay muchas Reinas con sus Séquitos y también muchas obreras, pero menos que el caso anterior. Las hormigas observan las diferencias con sus vecinos, compiten para no quedar atrás y están todo el día muy cabreadas y no paran de trabajar. Pero, su trabajo se gasta en aportaciones al hormiguero, a sus vecinos, a la casta política, a la casta reina, en fin, la hormiga intenta acumular para ella, algunas lo consiguen, y también para el hormiguero. Con ello, la casta Reina subsiste sin otro trabajo que el de competir en la gestión del hormiguero con otras de su propia casta, es el hormiguero Capitalista.
Finalmente, con el tiempo, aparece un hormiguero con un sistema de organización mixto, que es el social-demócrata. Combina para las obreras lo peor de ambos, en este caso, las hormigas obreras están convulsionadas y muy cabreadas porque encima les llaman clase media y las exponen ante el resto como el 'motor del sistema', aumentando sin parar las aportaciones para el hormiguero y empobreciendo su rincón....

Mi frase para pensar sobre hormigas: “me enamoré siendo joven del socialismo con Tomas Moro, pero pronto lo odié con Castro y Mao. Más tarde, me entregué a las ideas liberales capitalistas de Smith y Ricardo, pero aprendí a criticarlas con Lehman Brothers”.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Iguales o diferentes: las clases de hormigas

Se sabe que hacia afuera lo desconocido nos parece igual, a nadie se le ocurrió nunca diferenciar a las hormigas que salen del hormiguero, una por una, pero cada individuo es distinto, no obstante, incluso ante nuestros ojos la naturaleza ofrece a veces algunas diferencias clave en las que justificar las diferencias.
A las hormigas les pasaba igual. Así, fruto de aquella magnifica idea de poseer y de algún capricho de la naturaleza aparecieron diversas castas en todos los hormigueros que paso a citar, sólo someramente, para que os hagáis una idea:
REINA o JEFA del hormiguero: vive como Dios, del que recibe la inspiración, es decir hace lo que quiere sin repercusiones y dirige el hormiguero, por lo que se le ha revelado el 'secreto'. Es la casta más elevada, de no hacer nada es más gorda, grande y con alas, nadie la puede controlar en cuanto a sus necesidades, ni las de su familia, amistades o sequito, si la molestan o intentan controlar, la enfadarán y pueden largarse y fundar otro hormiguero. Eso sí, siempre tendrá algunos seguidores que la ayudarán para vivir sin hacer nada. Dirige el hormiguero y tiene voz en la coordinación con otros hormigueros ante iguales.
Dentro de esta casta aparece una subespecie que conforma el SÉQUITO, conocen el 'secreto', ayudan a controlar el hormiguero en su beneficio, regulando para ello todo lo necesario, son los auténticos reyes del hormiguero, no tienen alas pero si mucha cara, se las conoce también como las dedicadas a la cosa pública o POLÍTICAS. Hablaremos mucho de ellas.
OBRERAS: viven para el trabajo en el hormiguero, a cambio de un rincón para vivir con su familia en el que se sienten seguros de amenazas externas y donde les permiten que sus crías maduren. Son las presas del Secreto.
Se pasan la vida aportando recursos al hormiguero y a las castas superiores. Los que la naturaleza les permite más cara, a veces consiguen alcanzar la subespecie política, los que la naturaleza les da más fuerza y años pasan a ser soldados, saliendo a defender el hormiguero y muriendo rápido.
Son muchísimas. Algunas trabajan para la comunidad cuidando las crías y enseñándoles lo que deben saber para vivir en el hormiguero, recaudando los bienes para las Reinas o adecentando el hormiguero: son obreras públicas. Otras trabajan para otras obreras, cubriendo necesidades particulares o acumulando beneficios: son obreras privadas, entre ellas algunas son llamadas empresarias.
Por último, algunas hormigas quedan fuera de estas castas, al margen de la organización del hormiguero. El resto de hormigas a veces las deja vivir, facilitándo pequeñas aportaciones, otras vees las invitan a irse del hormiguero y buscarse la vida en otro..."
A pesar de lo visto algunas hormigas se empeñan en adoctrinar al resto con lemas de igualdad en el hormiguero, pero ¿nacen iguales? ¿se desarrollan en las mismas circunstancias?, entonces ¿no es contradictorio y demagógico si se intenta soportar al hormiguero en ese lema?
Como ejercicio podéis localizar y nombrar diferentes individuos para las castas del hormiguero.

martes, 20 de agosto de 2013

Presentación del Blog

Así comenzaba una historia en facebook amasada en mi cabeza durante los últimos años y utilizada en clase de economía en la universidad en muchas ocasiones:
"Vamos a hablar de economía. Si os animais y le dais a me gusta os contaré una historia, se llama economía, pero a mi me gusta llamarla 'el secreto del hormiguero'. Erase una vez que se eran más de seis mil millones de hormigas, ....".

El caso es que ha gustado y algunos de vosotros me animábais al siguiente paso abrir un blog, para mi el definitivo sería escribir un libro con los resultados obtenidos...

Bien, la idea para mi fue siempre que el ser humano es un ser vivo social como otros que pueblan el planeta, y nuestra única peculiaridad es sentirnos únicos, creo que al menos en parte estamos equivocados y que la economía ha servido y sirve para ordenar esa organización social, me propongo evidenciar con pruebas mi reflexión.

La primera entrada reescrita, que me gustaría comentar sonará así:

"Entre tanta hormiga, eran muchas, era difícil destacar. Pero todo comenzó cuando las hormigas vivían, al principio de los tiempos, en pequeños hormigueros. Inneherente a su comportamiento, desde el comienzo, algunas 'pensaron' que era bueno poseer, sabéis que se trata de un animal territorial, está en su naturaleza. Pero lo mejor era poseer (en secreto) el hormiguero, agrandarlo y controlarlo defendiéndolo de otras hormigas 'listas' a las que se les había ocurrido lo mismo, que vivían en... hormigueros cercanos, pero diferenciados. Pensaréis, ¿y el resto de hormigas?, las que no pensaron tan aprisa... Se lo creyeron a cambio de poseer trozitos del hormiguero, muy pequeños, suficiente espacio para satisfacer sus necesidades, tenían que ayudar, defender y trabajar para el resto del hormiguero...
Se creaba una poderosa mezcla entre dos parcelas: lo público y lo privado."

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