miércoles, 18 de septiembre de 2013

3. Las 'sin hojas'.

Tras una jornada de trabajo, H-239791 andaba taciturna pensando en las palabras de su amiga en la galería de camino a casa, donde se encontró con una hormiga soldado -las más expertas y ancianas del hormiguero-. Las otras obreras se apartaban a su paso, pero ella se decidió a preguntar, su curiosidad por el exterior del hormiguero era mayor que sus miedos a represalias de tan gran hormiga.
—Disculpe mi atrevimiento, pero no puedo dejar pasar la oportunidad para esclarecer mis pensamientos por el exterior, noble soldado —dijo, H-239791.
— ¿Te diriges a mi, pequeña obrera? —preguntó con formidable voz la hormiga guerrera.
—Si, querría preguntar acerca del exterior del hormiguero, ¿cómo es? —insistió la joven.
—Un lugar tan bello como inhóspito. Con terrenos baldíos, grandes tesoros y muchos bienes, ¡la vista no alcanza a divisarlos! —exclamó—. Pero es un terreno que no tiene galerías, por lo que te encuentras en continua exposición a los graves peligros naturales, así pues debemos proteger a las recolectoras y asegurar que su trabajo se realiza, por el bien del hormiguero —respondió.
— ¿Y se puede conversar con hormigas de otros hormigueros? —continuó la atrevida hormiga.
— ¿Conversar? Las otras hormigas sólo quieren entrar en nuestro hormiguero por sus riquezas. Hay que preguntar por sus intenciones y nunca permitir que las soldados y las desvalidas, sin bienes, lo hagan. Las primeras porque sus intenciones son las de apoderarse del hormiguero en un ataque…
— ¿Y las pobres? —la interrumpió H-239791.
—Las indigentes, ‘sin hojas’, las llamamos, no pueden entrar porque amenazan nuestra forma de vida. Son diferentes, su cultura, lengua, religión…, por lo que si procrean, nuestro hormiguero pierde su esencia, tampoco saben hacer casi nada y lo que hacen están dispuestas a hacerlo por mucho menos que nuestras obreras, peligrando todo el sistema, son ellas o nosotras.
—No lo entiendo, —replicó—. El hormiguero podría aceptarlas, proveerlas del mismo trabajo y formación que aquí, con las mismas condiciones, esto engrandecería el hormiguero y lo haría mejor.
—Te confundes, el hormiguero sería diferente ante avalanchas de ‘sin hojas’ y debería regirse de otra forma, las castas dirigentes habrían de cambiar, ese es el principal problema. ¿Acaso no enseñan historia en la escuela en estos tiempos?¿No os explican lo que pasó con las hormigas colonizadoras en el pasado en hormigueros prósperos como los de América?
Había recibido una lección sobre el control de visitantes al hormiguero, la accesible y agotada soldado se marchó desconcertada por las cuestiones de la pequeña que a pesar de las explicaciones ansiaba cada vez más que llegase el día de salida del hormiguero para entender y contemplar el exterior y a los extranjeros.
Era la hora de la cena, debía apresurarse para llegar a su rincón donde la esperaba unas sabrosas hojas.

1 comentario:

  1. La lección que nos dan hoy las hormigas es buenisima, cada vez se pone más interesante el hormiguero.

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