martes, 28 de febrero de 2017

Planificar el tiempo, o esperar a que pase.

Foto de Víctor R López

Aquella mañana cercana a la primavera se levantaba quejosa nuestra hormiga H-239791, refunfuñando sobre los asuntos del hormiguero. Otra vez algunas de sus seguidoras esperaban que tras el café las atendiera, querían seguir conversando. 

En una sala blanca, pero sin apenas luz, les hizo ver lo que estaba pasando. Mirar al exterior y observar el avance de otros hormigueros -decía-, están gestionando sus políticas para la próxima temporada, planteando unos un nuevo proteccionismo americano con cifras, otros, los británicos, la salida de Europa, algunos del norte preparan respuestas a nuevos desafíos liberalizadores del mercado europeo en transporte y comunicaciones (estibadores o ferrocarriles). Nosotros aún discutimos sobre cómo nos irá en este año, no podemos saltarnos nuestras propias normas, no tenemos presupuesto, no hemos consensuado ni planificado los usos de los ingresos de todos... y así, han sido anuladas ya oposiciones en educación, por culpa de la tasa de reposición, sin ir más lejos. En las negociaciones, vuelven a surgir los recién alcanzados balances de poder, pareciendo en su discurso que al gobierno no le importe detener el tiempo por un año más, pues la activación productiva y turística no trae malos ingresos y los gastos contenidos de 2016 permiten el ahorro sin nuevos y agrios debates. Estamos perdiendo un tiempo fantástico, quizá el desgaste político ha sido tan alto en el ejercicio pasado que era previsible que esto ocurriese. Pero aún las batallas no cerradas en la izquierda del "solo puede quedar uno" dilaten esta primavera todavía más el proceso, espero que no.

-¿Tan importante cree que es?, le dijeron.

Refunfuñó de nuevo, en esta herramienta se soporta el secreto que un día revelaré del hormiguero. Cualquier política como decisión cobra sentido en su cuantificación, estimación, y planificación para su posterior ejecución. No quería hablar de él, pero es tan sencillo entenderle que es el mejor ejemplo. Mirar la hormiga Reina del hormiguero americano, como ajusta sus decisiones electorales en un presupuesto para el próximo ejercicio, observad su verdadero trabajo en la esfera pública. Vuelve a apostar por el sector armamentístico, el militar y la industria interior a cambio de olvidar ayudas exteriores o el propio medioambiente. Esta es su apuesta, con la que claramente entiendo que el hormiguero mundial se tambaleará al menos por tres vías: la del entorno natural, la de distribución de riqueza y la de seguridad. Por otra parte, los americanos alcanzarán cambios en su propio hormiguero, con una menor presión fiscal, pero también menores recursos contra la pobreza, sanidad, educación y entorno. El resultado para la Reina es lo más inaudito, pues su apuesta espera ser ganadora para su propio interés y su alcance de poder,... 

Después suspiró,... y lo peor es que pienso que es en eso último donde únicamente no se confunde -dijo.

-¿Por eso es tan importante el Ministerio de Economía?, le preguntaron cuando se marchaba.

Con voz rotunda dijo:

-Hijo, no comprendes que el verdaderamente importante es el de Hacienda. Y abandonó la sala hacia una reunión, querían hablar con él para un nuevo puesto.   


Frase de una hormiga célebre (Francis Bacon): “El que no aplica nuevos remedios debe esperar nuevos males: porque el tiempo es el máximo innovador”. 


miércoles, 22 de febrero de 2017

H-239791 leyendo: "El amigo de Cervantes de cuyo nombre 'Quero' acordarme. Alfonso Ruiz Castellanos"

Como no podía ser de otra manera, H-239791 se une a la campaña promocional (Tu foto x más de cincuenta mil palabras) del título: "El amigo de Cervantes de cuyo nombre 'Quero' acordarme. Alfonso Ruiz Castellanos". 

En su interés por la obra reflexiona junto al autor del libro, Víctor Raúl López Ruiz, sobre la razón de ese nombre. La respuesta es fácil, se trata de un homenaje en primera persona de una villa manchega "Quero", a su Cronista, que era al tiempo cervantino. Por ello alude a una de sus tesis, la de que el nombre del Lugar de La Mancha se encontrase justo en la primera frase de la obra, bajo un parónimo: quiero. Además, Alfonso averiguaba en sus últimos estudios sobre amistades del gran escritor en el siglo XVI entre hidalgos quereños, los Villaseñor.

Pero el libro va más allá del homenaje biográfico, nos traslada al tardo-franquismo de las villas y pueblos pequeños castellanos, a la sociedad bajo su costumbrismo, para compararla con el vértigo de la gran ciudad en progreso, Madrid, y los años convulsos de "La Transición" plagada de revueltas, cambios y atentados, alcanzando la noche del 23F su zenit en la idea de amararse para siempre al estudio del patrimonio comarcal y la historia, siempre desde el análisis autodidacta y metódico, al que une la experiencia hallada en los continuos viajes y las responsabilidades, también políticas, que asume. El libro no dejará de sorprenderte con los hallazgos y secretos compartidos por el cronista en sus publicaciones.

Se trata de una historia que no te dejará indiferente, te conmoverá y aportará saber sobre nuestro viaje en la historia de los últimos sesenta años.


Más información en: Blog "Cronista Alfonso Ruiz Castellanos"

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