viernes, 26 de julio de 2019

Sánchez no parte de cero, ya conoce a sus adversarios



Son apenas cuatro años de efectivo multipartidismo, que ha logrado convulsionar al ejecutivo y cuyas reglas sobre su investidura están dictadas en el ahora famoso artículo 99 de nuestra Carta Magna. La estabilidad parlamentaria que depende ahora de los acuerdos o pactos, ha dejado paso a tres investiduras fallidas, repetición de elecciones, moción de censura e incluso cesiones entre oponentes con la abstención como resultado. Todos estos acontecimientos tuvieron como denominador común al socialista Pedro Sánchez.

Cuando en 2016 se aliaba con Rivera, a un lado Podemos y al otro el PP, truncaron toda posibilidad de investidura, fueron entonces 131 votos a favor, sumando el de Coalición Canaria en la segunda vuelta. Ahora, sin embargo, una reedición de aquel pacto de gobierno daría mayoría absoluta y estabilidad, pero el cordón sanitario de Albert por la pugna en liderar el bloque de la derecha, lo han hecho inviable a pesar de los continuos acercamientos del PSOE, que sí que han aceptado el pacto, sin embargo, en alcaldías de Castilla-La Mancha como por ejemplo, Albacete, Ciudad Real y Guadalajara.

Retomando la actual situación Sánchez conocía las condiciones de sus declarados socios preferentes, ya Iglesias pidió un gobierno de coalición en 2016, primera razón de su negociación fallida. Lo de meter el zorro en el corral propio ha quedado claro después de escuchar las acusaciones en ambos sentidos, que sí el interés de Iglesias reside en un gobierno paralelo para controlar al propio gobierno, decía Lastra, o que lo que nos pretenden dar son meros ministerios decorativos lejos de la proporcionalidad conseguida en votos, por parte de Echenique.

En este cruce de acusaciones, he visto sin embargo a un Sánchez de Estado, que huye de acercarse al independentismo y reitera ahora  a la derecha en sus dos vertientes moderadas que les dejen gobernar con su abstención, a cambio de pactos de Estado en la legislatura. Parece obvio que el pulso para un nuevo intento en agosto/septiembre tenderá más hacia esta vertiente. Pero el enroque de Ciudadanos no tiene ya razón de ser, ni se entiende en sus filas, han abandonado su postura de centro al perpetuar y extender sus acuerdos con VOX y cerrar todo tipo de diálogo con el PSOE, que ofrece sin éxito diversas posibilidades incluso la de la abstención que le podría dar el gobierno.  El olor a tierra quemada y el desprestigio de un interés personal o al menos familiar en tocar poder, ha hecho de Iglesias otro cadáver político que sólo podría salvar a consta de una cesión en septiembre para llegar a una coalición subalterna. Sobre Casado nada hay de cómodo en la postura, el espectáculo bochornoso que se visualizó ayer le declaraba vencedor, pero sin poder constatar que es una verdadera victoria, como no tardaba en recordar Abascal tras la votación.

A pesar de contar con dos meses, la cosa no pinta bien, sólo la vuelta imposible de ciudadanos traería un gobierno factible y estable, pero pienso que muy a pesar de las presiones, sólo Podemos reculará y abrirá consultas en unas semanas para tratar una nueva investidura a fines de agosto o  los primeros días de septiembre, pues el independentismo no puede reclamar un estado catalán en la diada, recuperando a sus “presos políticos” y votar en Madrid a favor de sus “verdugos” políticos.

Si me preguntan nada tengo claro, pues pude contemplar con estupor cómo Iglesias no es de fiar, con las competencias que pretende y el poco rubor que le plantea ponerlas sobre la mesa sin negociación, incluso contemplé a un PSOE que se contagiaba en esta pugna dialéctica. Por otra parte, Ciudadanos ha quedado fuera de lugar, es ya una nueva derecha y no el centro que quería liderar, el PP anda con pocas ganas de creer que las elecciones son una posibilidad, por mucho que les aseguren que habrá una gran abstención entra la población, y de Vox, pienso como Sánchez que mejor no hablar, con escuchar es suficiente.

Aún pienso que el próximo 10 de Noviembre será un día sin elecciones, pero el bloqueo de sus contendientes y la ausencia de alternativa acercan más la probabilidad. En este nuevo escenario, sin embargo, los más dañados serían Podemos y Ciudadanos, no cabe ninguna duda, por lo que el retroceso al bipartidismo sería un hecho, y la aritmética caprichosa podría conducirnos de nuevo a otro día de la marmota.

Visto lo visto, en dos semanas, no más, tendremos respuestas. 

Veremos si la hormiga puede tomar vacaciones.

lunes, 15 de julio de 2019

De visita por la patria de la Hormiga



El hombre que ve mucho se hace discreto de acuerdo a Cervantes. Lejos de contravenir tal aseveración en estos días, pude acercarme de nuevo a Cataluña, atravesando Lérida por una comarca plagada de tractores. Observé con detenimiento que la moda de las banderas en los balcones de hace meses había sucumbido ante el inexorable tiempo, ahora eran miles de plásticos amarillos los que condenaban plazas, árboles y farolas, también pintados en carreteras y calles, los lemas de “los españoles nos roban” se habían sustituido por “somos república” o alguno de “zona antifascista” firmado por los CDR, como el de la entrada de Agramunt, pero sin duda las “capillas amarillas” de enaltecimiento de presos en las que se habían convertido muchos ayuntamientos y lugares públicos pidiendo su salida de prisión, se llevaban la palma. La política ha tomado la calle, pero desde el totalitarismo y enfrentamiento hacia el “opresor de Madrid y alrededores”, alterándose la libertad de opinión como hecho fehaciente. 

Los símbolos nacionales, de nuestra patria, han sido retirados y excluidos de cualquier negocio, también  privado, como hoteles, campings o restaurantes. El mensaje nítido es que los de fuera de la región no somos bienvenidos, ni escuchados agradablemente cuando hablamos castellano,… y entonces, aparece una isla en Talar, donde 458 hombres y mujeres  presumían de valor al poder dar su vida por su patria al grito de “a España, servir hasta morir”, y recibían sus despachos reales como sargentos por el mismo Rey Felipe VI. Entre honores se saludaba a la rojigualda, el himno sonaba y la delegada territorial del gobierno regional hacía entrega de un libro de mapas históricos catalanes, que explicaba con detalle histórico por casi 5 interminables minutos a un sofocado sargento, número uno de su promoción, a unos 40 grados, ante la atónita mirada de más de dos mil familiares y autoridades en el patio de armas de la Academia de suboficiales. 

Entre admiración y temor, orgullo y pesar, pensaba en los colegios de aquellos pueblos, las calles, la historia, la cultura, el día a día… que el estado ya ha dejado ir, ha claudicado y que de forma irreversible ha llevado al odio entre civiles a partir de una lengua con un acento fingido que reclama, al menos, una república confederada para toda España con un estado catalán. Pero mientras, en los pueblos, los payeses han acaparado el poder con un gran número de inmigrantes que controlan a su antojo, escoltados por CDR que imponen el “antifascismo español” como doctrina. Juro que a pesar de no ser un gran patriota, buscaba en el coche alguna forma de autodefensa de mis raíces en un CD, pero mi mujer me hacía ver que era mejor “no provocar”, y corrimos, guardando el tiempo estrictamente necesario, hasta Andorra, donde desde que entras hasta que sales te sientes mimado, ves tu bandera y te olvidas del odio a tu patria, desde un principado extranjero.

Reflexionas a la vuelta, por Aragón, recordando la historia y observando con discreción que el problema territorial ya no tiene solución, que Europa se nutre de “Cataluñas” en contra de los actuales estados que no saben solventar la pobreza ni el cataclismo social que se avecina en este siglo en el que nos hicieron pensar que la globalización de los ricos era la respuesta para los pobres. 

Conduciendo, mientras diluvia por Teruel, me planteo que quizá sí que tendremos nuevas elecciones, aunque últimamente no hablamos mucho en los medios de independentistas, sino de moscas negras. Es seguro que nuestra patria: España, aguanta diferencias, es seguro que quiere diálogo, y es seguro que unas nuevas elecciones beneficiarían al señor Sánchez. 

Discreto sí, respiro ya en Castilla. Pero si me piden respuestas, diría que una verdadera globalización social en las que se eliminen lazos amarillos ayudaría a cambiar el mundo de plástico en el que vivimos, por favor algún ecologista que tome conciencia del mal que se está haciendo al medio con la última campaña de símbolos independentistas, parafraseando el anuncio de la cerveza, seguro que hay “otra forma de vivir”.    

No comprendo la sociedad que estamos creando para nuestros hijos, ni entiendo soluciones de más odio levantando muros desde una derecha trasnochada,… quizá necesite unas vacaciones.

martes, 2 de julio de 2019

Plazos y presión de Pedro Sánchez



Aprovechando que estamos en pleno verano, desde Bruselas, por teléfono, se da a conocer los plazos que el Presidente en funciones tuvo en su cabeza desde hace semanas. La votación de su investidura para el próximo martes día 23 de julio. Tres semanas por delante para provocar el álgebra que posibilite un gobierno exclusivamente socialista o la condena a unas nuevas elecciones que provocaría la oposición, una segunda vuelta real, y de la que los frutos se recogerían por Sánchez, que anuncia ya unos 145 diputados.

Quedan dos Parlamentos regionales clave en este período por dilucidar, el de la Comunidad Foral y el de Madrid, donde dos figurantes de fuera del sistema, tras la línea roja de Ferraz y Rivera, tienen mucho que decir, me refiero a Bildu y a VOX.

Respecto al Presidente a elegir para España, al apretar el cinturón del calendario, obliga a que se forme gobierno antes del 23 de Septiembre, sin opción a Sánchez, o que en otro caso se convoquen elecciones para el 10 de Noviembre, en las que una densa campaña electoral veraniega a priori daría más diputados al PSOE a costa de Podemos y Ciudadanos, tendiendo de nuevo a un claro bipartidismo de segunda vuelta.

Pero la postura en la UE no es desdeñable, allí Borrell será una gran baza de Sánchez, en política exterior, dejando a Puigdemont aislado en Bélgica, eliminando de nuevo las embajadas catalanas, eso sí el “Conseller” (Consejero) de interior, entre llamas, habla de la ayuda del vecino estado español con una pierna mordisqueada por una plaga de mosca negra en el Ebro, quizá viniera de Castilla.

Bromas aparte, cada vez admiro más la estrategia de este malogrado socialista por el que ningún compañero daba un duro hace unos meses, y que tiene en jaque al centro derecha y a la extrema izquierda con una investidura constitucional a su consta, e incluso una opción de gobierno de centro que repudiara Rivera en la campaña, o eso, o nuevas elecciones en las que la postura frente al independentismo de Ciudadanos sería ya propiedad socialista, y el pacto con furtivos del sistema lo haría la oposición, respecto a Podemos los sillones de la pareja Montero-Iglesias terminarían con el sueño morado.

Mientras, sin gobierno, sin presupuesto, sin política de largo plazo marcamos récords en afiliados a la seguridad social, aunque con contratación temporal, y descendemos a poco más de tres millones de parados registrados, la menor bajada desde 2009 en junio. Pero el temor a una desaceleración aún en tiempos de volatilidad política parece ahora, en tiempo de vacaciones y de incendios, estar más lejos.

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