Era tarde, las cosas habían cambiado en el hormiguero. H-239791 tras un otoño poco lluvioso que siguió al caluroso estío, se había convertido en una célebre hormiga a la que pedir consejo o al menos a la que escuchar.
Estaba leyendo cuando precipitadamente llamaron a la puerta. Una joven e inexperta hormiga colmada de preguntas correteando nerviosa y exclamando sobre el proteccionismo propuesto por la nueva Reina de un hormiguero no muy lejano, el americano.
-Tranquila, -dijo H-239791- no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. El proteccionismo es pan para hoy pero hambre para mañana, uno al limitar el comercio internacional, limita a sus propios productores, su competitividad, y en un mercado global como el actual provoca tensiones alcistas en la moneda no deseadas, acompañadas de imagen social adversa sobre el hormiguero, para el resto del mundo.
-Me preocupa eso más pues también pondrá muros para que las hormigas de otros hormigueros no puedan entrar para trabajar -insistía la joven-.
Ahí si veo un problema, pues las hormigas obreras precisan trabajar y las tensiones generadas con los muros solo acarrean luchas posteriores entre vecinos.
La nueva Reina debe valorar el escenario de globalización en el que nos hallamos, porque el hormiguero aperturista chino acaparará aún mas el comercio mundial. El dólar irremediablemente se encarecerá y la hormiga y los productos americanos no serán bien recibidos en otros hormigueros todo ello sacudido por un odio social enfatizado por ese tipo de actuaciones. Solo espero que geopolíticamente sepa hacer mejores amigos y no varíe los pesos de fuerza que mantienen gran parte del mundo en paz.
Cansada decidió retirarse a descansar con una frase más: -Temo mucho más la inexperiencia populista de una Reina del gran hormiguero americano que levanta muros y no guarda la tradición en sus amistades, que denostadas políticas proteccionistas incapaces de dar resultados en un marco globalizado, donde el mercado invade cualquier gesto arancelario.
La joven decidió no molestar más, quería preguntar sobre la situación política en Europa y en su hormiguero, pero lo dejó para una posterior visita.
Frase de una hormiga: Henry George (Presidente de Ford): "lo que el proteccionismo nos enseña es a hacernos a nosotros mismos en tiempo de paz lo que nuestros enemigos nos quieren hacer en tiempo de guerra"