martes, 18 de junio de 2019

Negociar en política, la tarea del centro en el multipartidismo


A veces resulta complejo entender el multipartidismo y sus bondades, casi tanto como la ley electoral. En estos días estamos asistiendo a mesas de negociaciones que viabilizan el poder de acuerdo a los votos conseguidos, diputados y concejales permitiendo la gobernabilidad cuando el resultado electoral no consigue mayorías.

Este modelo de bloques negociados se superpone sobre el bipartidismo, en el que el claro ganador para triunfar es el partido bisagra, es decir, Ciudadanos. Dicho de otra manera, el mantenimiento de este marco se nutre de un partido de centro que decide quién debe gobernar, tal cual ocurre en los principales ayuntamientos de Castilla-La Mancha y algunas diputaciones. Los extremos, decaen por sus deméritos y son los marcados con claras líneas rojas, evitando que el poder les llegue, y que serán evitados por el partido de centro.

La arena política se presenta entonces como una distribución normal en la que el voto se concentra en el centro, en la moderación, y es por el que se luchaba tradicionalmente en el bipartidismo para inclinar el poder a favor de uno de los dos contendientes. El votante moderado, ahora está representado por un partido bisagra en estos casos, y no ve con malos ojos este comportamiento de virar a la derecha o izquierda dependiendo de las necesidades de gobierno, lo que no podría entender nunca, por otra parte, es alargar la mano a radicales de izquierda, derecha o de fuera del sistema, de ahí la razón de que Rivera haya apartado fulminantemente del partido a Valls, y sin embargo, separado por unos kilómetros, pueda mostrar espectros y discursos distintos en las alcaldías de Madrid y Guadalajara.

De esta forma, el tercer partido, es el que hace perdurar esta nueva modalidad de democracia, son los radicales los que se consumirán poco a poco abrazados por sus "amigos" más cercanos en la arena. Es por esto que no pienso que habrá nuevas elecciones generales en otoño, fundamentalmente porque si las hay, el convocante, Sánchez, será inexorablemente el gran beneficiado, tal como le pasó al PP en 2016. Pues forzarán a los votantes moderados a cubrir con su voto el acuerdo del partido que les representaba.

Por último, suavicen sus discursos aquellos que critican este formato y piensen que el mejor control al poder es el propio poder. El secreto de Rivera, "el centro de la arena política", es el que mantiene el multipartidismo bibloque, será su gestión la que evite una vuelta al canovismo encubierto de izquierda y derecha de antaño.    



lunes, 10 de junio de 2019

Reclamando la abstención para Sánchez


Ábalos ha sido muy claro en la negociación que comienza para la investidura del presidente en funciones, Pedro Sánchez. En su haber 123 votos, catorce por debajo de Rajoy en 2016, y los mismos que cuando el PP en 2015 tuvo que repetir la consulta. Pues sí, parece el día de la marmota y por esto el secretario de organización socialista ha lanzado un claro órdago a Casado y Rivera: abstención o segunda vuelta que mejoraría a todas luces los resultados para el ganador.

Está claro que no sirve aquello de echar balones fuera y hablar de alianzas con el independentismo para gobernar, pues la mayoría simple permite el gobierno y esto es factible con la abstención, al menos parcial, del centro derecha. Exactamente igual que la petición realizada al socialismo por la derecha hace tres años, que permitiría a la postre el gobierno de Rajoy por dos años, con 68 abstenciones de 83 posibles, por el PSOE.

Aguirre y Díaz Ayuso desde Madrid se mostraron a favor y han sido rápidamente silenciadas por Génova, quizá no tanto por el fondo sino por las formas, el martes 11 será Sánchez quien deba negociar estas condiciones, teniendo aún todos en la mano los cromos de autonómicas y locales. Quizá la maniobra sea una cortina de humo, para ganar tiempo, por la mañana Podemos y por la tarde Rivera y Casado, con la clara intención de una investidura sin votos de ERC.

Iglesias y Montero no tienen ya ninguna fuerza, juegan a chica (en el mus funciona poco) pidiendo entrar en un gobierno a la desesperada y ahogados ante la amenaza de unas nuevas elecciones que los noquearían como fuerza política. La llave de Rivera de gobiernos locales y autonómicos junto al PSOE está explorando posibilidades hasta este sábado y en el camino se cruzará la llamada a la tan denostada "unidad de España" con su abstención en el Congreso. Casado, por su parte, saca pecho para resistir el envite de coaliciones que le arrebatarán algunos feudos y fortalece con sus socios de VOX un formato político extremo, la abstención en el congreso nunca sería entendida por sus nuevos socios, por lo que no puede mostrarla en público, aún, como han hecho algunas de sus destacadas dirigentes.

Cuando todos entierran el bipartidismo, y el problema de fondo es la unidad del territorio o la desigualdad propiciada por las minorías regionales, no está de más ofrecer respuestas diferentes a cuestiones clave, los españoles no somos tan torpes y sabemos que los acuerdos son posibles y los fanatismos populistas, son eso, radicales que florecen por un día hasta que se aclaran sus continuas mentiras con su forma de hacer.

Interesante semana pues para cerrar acuerdos locales y regionales que se cobrarán, al menos en parte, en la próxima investidura. Negociar, así lo han mostrado ya abiertamente Suma Navarra y PSOE en la Foral. Todo estará más claro a partir del sábado, pero mañana se urdirá la estrategia desde Moncloa y Ferraz, ¿están preparados?

lunes, 3 de junio de 2019

Negociar el Ministerio de Trabajo o el paro


Celebradas las elecciones municipales, autonómicas en la mayor parte de comunidades, y las europeas, uno puede hacer balance sobre políticas y políticos, que aquí el género si discrimina aún. En la elección más cercana, la local, son dos los claros partidos que acaparan más de la mitad de votos y el PSOE el que gana el millón de votantes que pierde PP, así como unos dos mil concejales que ahora les diferencian, siendo muy ventajoso el número de ediles para los de Sánchez. Visto el número de concejales no es muy fuerte la caída, pero recuerde el señor Casado que no se votaba al Secretario General, ni casi a la gaviota, malherida tras el 28A, ahora se había centrado huyendo del espacio de VOX, pero vuelve a reclamarlos en la mesa de negociaciones para pactar poder. Sin embargo, si consultamos las europeas, mucho más cercanas a las nacionales, la diferencia se incrementa ahora con casi un 12% de diferencia, repitiendo claramente resultados de una segunda vuelta en la que salen perjudicados tanto naranjas, morados y verdes. El mal ajeno, y las posibles mayorías salvan los muebles de Casado, pero ¿a qué precio?

Del que no queda resquicio es de Iglesias, sin apenas concejales, con una IU humillada, y las dos ciudades principales en manos de amistades peligrosas, que posiblemente no llegarán a gobernar, la cosa no pinta bien. Pero si nos fijamos en las autonómicas el desastre es colosal, de Castilla-La Mancha, por ejemplo, han sido fulminados al completo, dimitiendo García Molina a las horas del escrutinio y toda su ejecutiva a pesar de ser parte del gobierno en funciones. La vergüenza de las palabras contra Amancio Ortega, mientras busca desde su magnífico chalet colocarse en el próximo gobierno de Sánchez fueron escuchadas, la estructura de un partido mantenido desde la familia que se disgrega con los socios fundadores, el ansia por alcanzar la tan desdichada casta, todo un compendio de errores que vacían de contenido ideológico un experimento sociológico que se convertía en protesta ante una crisis económica. A pesar de todo, insiste en un hueco en el gobierno, es increíble, pero cierto a pesar de las espinas de Ramón.

Del otro experimento, el de los verdes de VOX que se nutren de la unidad de España, decir que por el momento han aguantado el tirón, aunque el techo parece haberse alcanzado en las pasadas generales, pero el poder en el ámbito local y autonómico es ahora la tarea para el PP y Ciudadanos. Ese tripartito al corte andaluz no es garante de buen futuro, y sobre todo la ciudadanía tomará nota, por lo que las barreras de Rivera ante Sánchez ya han sido tumbadas y levantadas para Abascal, abriendo procesos de negociación en Castilla y León o en el mismo Albacete.

De todo esto, una vez acabados los procesos, deduzco que tendremos un gobierno socialista para cuatro años que solo pende del escollo catalán, que sacan pecho revalidando aún mejores resultados con ERC a la cabeza. Harían bien en entenderse y hacer valer la abstención con tantos frentes abiertos al margen del secesionismo, pues quizá ni tan siquiera tengan la opción de llave para el gobierno.

Respecto a las encuestas, en lo referente a Castilla-La Mancha sí que aventuré y acerté la mayoría de Page, el derrumbe de Nuñez, y afortunadamente erré en pensar que el reparto radical era mayor del que finalmente se produjo.

Comienzan los pactos, negociaciones e intereses de partido, puede que alguno deba renunciar a ministerios, otros al poder en beneficio del partido, y si la consecuencia fuera en paralelo a resultados quizá en el paro político. Hagan sus apuestas, aunque esto del juego lo dejo para otro artículo.

Translate