sábado, 28 de diciembre de 2019

2019 se despide "en funciones"




No pudo ser, era un exceso ponerse a trabajar en Navidad, era un exceso dialogar entre los no nacionalistas para formar un gobierno estable libre del fanatismo, era un exceso dejar las funciones. Hagamos recuento. se nos marcha una década, la sociedad se radicaliza, el proteccionismo y el nacionalismo hacen renacer vallas y odios en bolsas de plástico que han perdurado en la historia de nuestros ancestros.

Pero no todo es malo, siempre hay brotes verdes, optimismo y nuevas aventuras por las que continuar progresando. Este año se caracterizó por contar con tres procesos generales electorales, lo cual es bueno, son ellos, los políticos, los que sin embargo no han sabido canalizar esa información aún, no han respondido a un marco multipartido en el que debe primar lo que nos une aunque no sea "el interés propio".

Nos espera un año bisiesto con más procesos electorales, con toda seguridad uno en Cataluña, con la primera fuerza política decapitada sin Rivera, y quizá algún otro, aunque considero que hasta 2021 no repetiremos generales. Vivimos en una sociedad en general proteccionista en lo económico y nacionalista en lo político, estas son las tendencias a escala mundial de las que no escapamos por el momento y que solo una lucha por recuperar nuestro planeta, el de todos, podría devolvernos a una sociedad global que quiere avanzar en conjunto.

Pero ahora toca, como he dicho, hacer balance. En lo personal tengo muchas inquietudes para estos 366 días y apuestas que verán su luz, la hormiga seguirá mostrándose crítica con proteccionismo, machismo, racismo, nacionalismo y tantas cuestiones vivas de nuestra sociedad que nos rodea a izquierda y derecha. En mis otras facetas, la cultura y el V homenaje a un cronista y humanista, verá la luz en abril de la mano de la Universidad y el Ayuntamiento de Quero. 

En cuanto a la escena política, tendremos un gobierno amparado por el nacionalismo, con un corto recorrido, una vez más dependiente de la región catalana sumergida en elecciones, mantendremos pensiones, salarios y déficit ante una Europa que asistirá, ahora sí, a la salida de Reino Unido y una crisis institucional unida a la decadencia económica vía demanda, en un mercado que se reduce por primera vez en mucho tiempo.

Mis mejores deseos para este 2020, desde el secreto del hormiguero en un año con 36 artículos y unas 20.000 visitas más todas las alcanzadas en otros medios, destacables las más de 25.000 lecturas en The Conversation, sobre la política y mis mediciones de la felicidad.. Ahora, os dejo con el mensaje de fin de año, por la hormiga.


lunes, 16 de diciembre de 2019

Greta, ¿qué garbo?




Esta joven sueca, que roza los 17 años, ha conseguido, sin apenas garbo, mediatizar un problema social en un mundo que agoniza, prueba de ello es que no deja indiferente a casi nadie, creando seguidores y detractores, eslóganes, portada en el Time y memes de todos los colores. Antes de nada, táchenme de lo que quieran, que yo “prefiero una Greta a medio Trump”.

Cuando el siglo avanza hacia el olvido de la globalización social, en pro de un nuevo nacionalismo de micro estados, cuando el poder supranacional decae en beneficio de los más ricos y el olvido de más de medio mundo ya no es noticia, vino una joven, con síndrome de Asperger incluido, a tocar las narices de algún que otro líder elitista que sólo busca el interés local, caiga quien caiga.

Y dio un ultimátum a la sociedad, un nuevo objetivo por el que aunarnos y avanzar juntos, el planeta. Nuestro medio decae, día tras día, por el sistema al que hemos llegado, basado en hidrocarburos y consumo enfermizo. Greta nos avisó de ello, aunque fuese un próximo juguete roto, lo hizo y puso cara a esa juventud que quiere romper con lo que hace daño del sistema, en los sesenta fueron las prohibiciones, en los ochenta los bloques y ahora son ellos. Quizá debamos pensar los que ya peinamos alguna que otra cana, que pasó entre Greta y nuestra juventud, los que comprábamos con esportillo o carro, reutilizábamos sifones o botellines de cerveza, de gaseosa, teníamos lechera para comprar leche y botellas de cristal para el agua con una media de edad de dos o tres años, llevábamos al zapatero los zapatos para echar unas suelas o tacones, nos ponían rodilleras en los pantalones para que durasen una temporada más… que pasó para que después nada de esto fuera normal, cuántos Black Friday, y Ciber Monday hemos sufrido para olvidarnos de repente de todo ello, y criticar a una niña porque levanta la voz contra ello.

La sociedad ha girado hacia un neo-nacionalismo que fomenta el micro-estado, en el que los más ricos quieren seguir progresando a cualquier precio, abanderados por Trump, Putin o el mismo “rey del Brexit”, el señor Johnson, aunque el resultado sea acabar con nuestro planeta. Ahora Greta ya no se lleva ayudar al otro, menos a un mundo que no habla, no se queja, por mucha sequía o deshielo que haya, ellos seguirán a cubierto, con su mando a distancia. Solo quizá esa mediatización pueda abrir ojos, aunque hemos visto como en Madrid, antes Chile, que sin los líderes, tampoco hubo acuerdo en esto del clima. Quizá Greta alguien te hable de cómo hubo un pasado en el que trabajamos juntos por salir de la pobreza, por construir nuevos espacios supranacionales de bienestar, por salvar a África de su aniquilación, al menos yo lo echo en falta, cada vez el hormiguero se divide más buscando el beneficio de las galerías. Greta no te canses, ojalá y muchos jóvenes creéis un nuevo objetivo por el que seguir siendo sociales y no meros individuos.

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