El otoño había pasado en el frío agujero
y H-239791 no encontraba la forma de incorporarse a la vida política de un
hormiguero debilitado. En el gobierno se decía que estas Navidades serían mucho
mejores que las pasadas, pero, nadie entendía para quién.
Había algo que le daba vueltas a
la hormiga y no lograba entender, entre cambios y reestructuraciones se daba
salida a desmantelamientos de empresas. El tejido empresarial de algunas zonas
del hormiguero caía y ningún gobierno estaba dispuesto a mover ni un dedo. La
figura del político era cada vez más decadente, no eran capaces de luchar por
una empresa que veinte años antes se había creado como referente del sector de
las renovables y las no contaminantes, no eran capaces de explicar esto a otros
políticos preocupados por la contaminación que genera el carbón. Y mientras
tanto, se vanagloriaban unos y otros preparando las elecciones, dejando que las
hormigas se conformaran con brotes verdes enmascarados en cifras contables.
En este ambiente la hormiga
quería gritar a los cuatro vientos con un ¡basta!. El político tiene que saber
escuchar a sus representados y luchar por ellos allá donde proceda, dejando las
vanaglorias, olvidando su interés y el del propio partido. Y es que hacer política
es algo técnicamente sencillo, aunque personalmente muy arriesgado. ¿De esto
queda? En este hormiguero creo que se salvan pocos, ni los que actualmente
gobiernan a golpe de recorte, ni los que los persiguen como oposición obrera con
ideas agotadas dentro de unas estructuras que impiden aflorar conocimiento
político, ni por supuesto, aquellos que se erigen como salvadores anti-casta,
estos últimos son los peores, pues quieren restituir sistemas del pasado
soportados en un populismo exacerbado que no prevé consecuencias, y que se
contradice continuamente.
No todos, pensó, estarán
confundidos. De esta forma plantearé sencillamente lo que creo con el
comunicador por si alguien quiere tomar nota.
Empecemos desde lo pequeño, demos
viabilidad a esta empresa dentro de su sector para revitalizar la zona, su modo
de gestión de contaminantes y sistema de producción eléctrica son suficiente
aval, como todos los premios recibidos en su corta vida, para modificar las
leyes en su beneficio. Después, pidan el voto... o simplemente sigan trabajando por lo público.
Por si queda duda: ¡No al cierre
de Elcogas en Puertollano!