Él me hablaba de ciencia, con la duda y la reflexión, por mi parte pedía claridad, rapidez y atajos desde la inocencia. Su respuesta fue que no era camino ni destino fácil el del catedrático togado como economista con tintes cuantitativos, pues era disciplina joven, con grandes expectativas en matemática, economía, estadística e informática, y que al tiempo sus pocos integrantes como área de conocimiento la hacían dependiente de aquellas más asentadas, en un tortuoso, y por qué no decirlo, desconocido entonces plan académico-científico a desarrollar.
Pero la escuela de la Universidad Autónoma de Madrid de la que él venía, sí, la del Profesor Pulido (Antonio), siempre era observaba con mucha atención, y aquella miraba sólo como herramientas los coeficientes, test paramétricos, intervalos de predicción, complejos modelos matemáticos y tanta verborrea teórica, para fijarse objetivos de transferencia aplicada desde el conocimiento y análisis de la información económica, ahora entiendo porqué eligió para mí las bases de datos como tema inicial de investigación.
En estos 28 años de mi carrera, el Catedrático, mientras la vida se lo permitió, me dejó total independencia investigadora, me dejó hacer, es más esperó a que lo hiciera, me respetó en mis errores y aciertos, y sólo le reprocho algo más de condescendencia para con los últimos.
La admiración del maestro a la escuela fue lo que infundio en mi pensamiento, y la verdad de aquellas palabras en las que él creía "si quieres resultados distintos no hagas siempre lo mismo", y así he capeado por este duro camino de cambios en la investigación, leyes, financiación,... intentando 'hacer' para la sociedad, aplicar, enseñar, avanzar y salir de mi "zona de confort" en cuanto creía estar en ella, aquí si fue claro en mis inicios ante mi frágil conocimiento de la lengua de Shakespeare con estas palabras: "o sales al extranjero, aprendes y te relacionas, o no llegarás a nada en esta carrera contra ti y contra el tiempo".
Se fue sin ver como alcanzaba la meta, pero con suficiente tiempo como para saber que estaba en el camino correcto, el del gusto por lo hecho, la calidad versus la cantidad, la multidisciplinariedad y la transferencia de resultados a la sociedad. Lo demás sería trabajo y disciplina.
Si pasados unos días del desenlace, tuviese ante mi a un joven aprendiz, no dudaría, estoy seguro, en avisarle reproduciendo las palabras del profesor Martínez-Aguado desde la Universidad de nuestra vida, acervo de ciencia y transferencia, y en especial la de Castilla-La Mancha, seguro la Universidad de MI vida, en la que fui formado hasta el día de hoy. Quizá por ello siempre fue la hormiga mi referente en el mundo animal, quizá por eso me sienta tan realizado tras estas casi tres décadas de investigación y transferencia, quizá por eso quiera resolverlo con la consecución de la primera Cátedra en Econometría en la UCLM, tras la de aquel maestro.
Estoy preparado para ello, estoy preparado para continuar con vuestro legado y escuela, estoy preparado para seguir investigando y aplicando resultados en mi sociedad, estoy preparado para la tarea del análisis de datos económicos.
PD: Dedicado a todos mis maestros, maestras, compañeras, compañeros, alumnas y alumnos que han aportado en mi trayectoria, a todos ellos, gracias.
Todo objetivo de vida precisa un plan, trabajo, tiempo y tener a mano siempre al menos una alternativa.