lunes, 19 de marzo de 2018

El clamor sobre la prisión permanente revisable


Ciertamente son raras, pero las hormigas "bulldog" son solitarias, asociales, no gustan de la compañía aunque vivan en hormigueros.  En nuestra sociedad, algunos de sus individuos, no pueden actuar sin hacer el mal a su entorno, estas distorsiones cuando se identifican deben ser controladas, o toda la sociedad sufrirá las consecuencias.

Aprobada por el Congreso hace tres años, la prisión permanente revisable busca evitar la vuelta a la sociedad del recluso, sin control, por no existir garantías de ello a causa de los graves delitos cometidos, en lista cerrada, son todos claros casos por su crueldad e indefensión de las víctimas. No obstante, desde el año pasado a instancias del PNV se propone su derogación, así como lo mayor parte de los grupos políticos buscan la sentencia en contra del Tribunal Constitucional, siempre difícil si tenemos en cuenta que España ha ratificado internacionalmente el Estatuto que la contempla.

En nuestro ordenamiento, de acuerdo al artículo 25 de la Constitución la prisión se correlaciona con medidas de reeducación e inserción social, por ello se plantea como revisable, pero la medida penal tiene su origen en la gravedad del delito que se juzga. De esta manera, se contempla de forma similar a los ordenamientos de nuestro entorno, más como una medida de seguridad para la sociedad que disuasoria del delito, pues es cierto existen individuos capaces de comportamientos fuera de la lógica de un ser humano. Es por tanto necesario una pena excepcional para casos excepcionales, que sirva tanto para disuadir, como, y ante todo, para hacer posible que su comportamiento, el del recluso, se revisara para obtener la libertad.

Los políticos han querido entenderlo, en general, abanderados por el PNV, como una excusa para la cadena perpetua alegal, desde una sociedad vengativa, aunque lo cierto es que el Constitucional no ha resuelto el recurso y que las víctimas se manifiestan en la calle y los medios buscando millones de firmas para que la medida siga siendo efectiva.

Informado y leído sobre el tema, pienso que debe conservarse esta excepcionalidad para la excepcionalidad, pues la sociedad ha de contar con garantías para mirar por su seguridad. Un juez ante un hecho aberrante, monstruoso y flagrante debe tener herramientas para apartar al individuo o individuos que han ejecutado sin ninguna duda el atentado. Me refiero a hechos reales que durante los últimos meses nos horrorizaron desde las Ramblas, o recientemente en Mijas y donde la reinserción debe ser probada y revisada, no siendo garantía suficiente el cumplimiento de la pena.

En otras ocasiones se ha pedido la consulta a la población, y ahora parece que no sabemos o tenemos la suficiente madurez como para tener opinión sobre las penas. Los mismos que piensan o pensaron que los ciudadanos sabemos de economía, derecho administrativo, ordenamiento territorial, defensa o relaciones internacionales se refugian en la pesadumbre de una falsa demagogia de venganza en caliente que nos hace ineptos. Insisto, la sociedad precisa permanecer segura y los políticos deben proveer las herramientas para hacerlo posible. 

domingo, 11 de marzo de 2018

Las pensiones para políticos y Puigdemont



Que nos encontramos en un momento clave para hacer política respecto al sistema de pensiones está claro, con casi diez millones de pensionistas y unos diecinueve millones de ocupados, debemos cubrir el coste de un pensionista por cada dos trabajadores en tiempo real pues la 'hucha' se quebró con la crisis.

Por otra parte aquellos premios a la natalidad de Franco en los sesenta nos recuerdan ahora que en unos diez años deberemos comenzar a re-absorber al 'baby boom' que ya arrasó recientemente el mercado inmobiliario, pudiendo llegar a cifras cercanas entre jubilados y trabajadores, dado que la natalidad desde los ochenta se redujo drásticamente. 

Para echar más leña al fuego resulta que aumentó el número de años para cobrar el 100% de la pensión, pero la discontinuidad y la calidad del empleo se ha reducido notablemente con la crisis. 

En estas estamos cuando ahora iniciamos el despegue de un nuevo crecimiento e inflación, proponiendo ridículas subidas proporcionales y reducción de impuestos que sólo resultan en aumento de la diferencia entre pensiones altas y bajas.

La sostenibilidad del sistema está en entredicho, pero mientras Puigdemont y los expresidentes del Gobierno de España y de muchas CCAA cuentan con pagas desorbitadas que pueden sumar a otros complementos privados. Bueno, Puigdemont renunció, es cierto, aún así cobra como diputado del Parlamento regional unos 3000€/mes estando fugado de la justicia y a los 65 seguro la percibirá, ¿nos apostamos algo? Sus señorías, por su parte, perciben indemnizaciones reguladas, aún por sus poco más de tres meses en la XI Legislatura, si la del 2016, recibirán complementos para llegar a la máxima pensión regulada.  Mientras tanto al resto de los ciudadanos se nos pedirá, por el momento, 37 años cotizados.

Ciertamente el horizonte para un español del 'baby boom' no es muy alentador, a no ser que se dedique a la política. Pero, son trabajadores con mejor formación que han comenzado a tomar la calle y saben que el control del gobierno será suyo, sin duda, cuando el grueso del electorado sea en más del 50% de pensionistas, pero también que habrán de trabajar al menos hasta los setenta años. 

Ahora tomarán en serio a los 'gurús' que anticipaban una España envejecida, incapaz de soportar el déficit de la Seguridad Social, empobrecida, con poco poder adquisitivo, salvo la clase política y pocos privilegiados que se exiliaran para disfrutar de sus pagas. Pidan un impuesto a la banca, dicen algunos, para salir del paso, pero entonces lo transferirán a sus clientes, pagándolo los propios pensionistas, ¡que imaginación! 

¿Quo vadis España? 




domingo, 4 de marzo de 2018

Hablemos de ELLAS, no nos riamos de las hormigas


Desde niño me intrigaron por su superioridad como sociedad, pequeñas, pero en sus galerías nunca se discrimina a ningún miembro por razón de género.

Dicen del ser humano que arrastra su historia por este planeta por varios miles de años, y se enorgullece por ser el más inteligente; sin embargo, no ha aprendido aún a vivir en igualdad si nos referimos al género, para otras columnas y momento dejaremos la raza o la cultura.

Resulta curioso entender como hace unos cien años los hombres permitieron en masa los derechos políticos a las mujeres, fue por la necesidad de su ayuda en la primera gran guerra. Cualquiera mira hoy a su alrededor y piensa que somos iguales pero no es así. El hombre violenta en todo el planeta a millones de mujeres por el hecho de serlo. La sociedad calla y espera, y los cambios llegan, pero muy lentos.

Tenemos claros ejemplos del despotismo de algunos líderes mundiales versus las mujeres, y todos miran para otro lado, quizá ahora que se busca la vuelta al proteccionismo económico siempre diferenciador y caótico en lo referente al desarrollo, despertaremos, quizá al ver que Hollywood contenía bajo el felpudo tanta miseria, quizá si se trasladaran a países donde cuesta saber qué tipo de individuo puede pasear conducido por un lazarillo para no caer por condicionar su movilidad un burka, a lo mejor al caer en la cuenta de la diferencia salarial en tantos sectores,… Espero que algún día cercano podamos superar a las hormigas.

Miremos ciertamente nuestro ombligo y adivinaremos que somos lo que somos porque todos estuvimos en un inicio unidos a una mujer, esto es lo que me decía mi padre. Nuestra sociedad sería mejor si consiguiéramos ese respeto hacia el otro. Sería mejor si aprendiera a vivir en inmensos hormigueros aprovechando todo su potencial y buscando la supervivencia del mismo en la calidad de la enseñanza a los menores, el cuidado de todos y la búsqueda del equilibrio económico que facilite la vida de nuestros mayores.

No quiero ser agorero, pero las hormigas son superiores. Tras años inmerso en esta sociedad actual, me preocupa como sociólogo el poco respeto al género, y como economista la falta de acción en garantizar un sistema de pensiones digno, un entorno sostenible y un entendimiento que nos apunta desde hace años hacia una vuelta al cierre de fronteras y al proteccionismo que fomenta la divergencia y la diferencia.

¡Pobres!, ellos que se creen tan superiores porque pueden sin mirar aplastar a una hormiga y no ven su brutalidad, ya que no saben respetar a quien da vida y garantiza su existencia, la reina.

Siempre he pensado que socialmente soy lo que soy gracias a las mujeres que me rodean y afortunadamente siempre fueron muchas, bueno, y al gran padre que tuve.


Frase célebre de Antonio Machado: "Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer".

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