Zarzuela planeaba un cumpleaños especial para nuestro rey, son 50 los que celebra, pero desde Bruselas y Barcelona le tienen preparado un regalo especial.
Casi cuatro años de reinado en los que se ha enfrentado a situaciones que nunca uno de sus predecesores se encontró, destacando la legislatura fantasma del 2016 y el proceso separatista que culminó con su discurso el pasado tres de octubre. La institución precisa de su engranaje y refuerzo en la persona de Leonor y el Toisón debe entregarse, guardando la tradición en un inicio de protagonismo para la heredera y princesa de Asturias. El día elegido ha sido el próximo martes, incluyendo una mediatización de un vídeo sobre la cotidianidad de la familia real. Pero eso no será todo.
El también rey de Castilla, León y Aragón, vigilará de reojo como en su condado de Barcelona se ha fijado el acto de investidura para el Presidente del gobierno regional en la figura de un prófugo de la justicia. El circo que se preparaba ha sido abortado por el TC, ya que precisa de la presencialidad y de la autorización judicial para tal efecto. Ante esta nueva coyuntura parece poco probable que pueda ser investido dentro de la legalidad, al no tener tiempo para ser arrestado y autorizado, ni contar con los votos precisos al no poder ser delegados tampoco los de sus compañeros de fuga, y la CUP pidiendo de nuevo la unilateralidad. Aunque sus compañeros de fuga ya han anunciado su renuncia al acta para conseguir los 68 apoyos, seguro que no podrá comerse la tarta tranquilo nuestro monarca, la provocación institucional de alguien que se autoproclama presidente exiliado de Cataluña no tiene límites, por lo que un juez no será suficiente.
A pesar de ello, parece que ha ganado rotundidad su discurso desde el pasado octubre, y en Davos ante el mundo ha vuelto a subrayar que en España prevalece la ley, siendo un ejemplo democrático ante aquellos que intentaron en Cataluña socavarlas.
Sobre mi parecer, aunque lo he dejado meridianamente claro en anteriores artículos, he observado con atención como en esta semana tres de los padres de la Constitución (Herrero de Miñón, Pérez Llorca y Roca) ven que dentro del Estado Autonómico cabe con rotundidad una solución sin cambios, desde la revisión competencial. El federalismo, también y fundamentalmente fiscal, nos llevaría sin remisión a la quiebra económica y social. Por otra parte, coincido con el primero, Herrero, en la necesidad de una reforma de las diputaciones y de las entidades locales. Abogo además por un referéndum pactado a nivel nacional sobre la unidad del país, pudiendo por demarcaciones sacar además las conclusiones que uno quiera y la soberanía nacional provea, está en nuestro ordenamiento, y haría necesario una clarificación de todos los partidos como Podemos, PNV, BNG, etc. En el camino, el Senado debe ser reformado como auténtica cámara territorial.
Así pues, mis felicitaciones para mi jefe de Estado, por adelantado, pues seguro que algunos aprovecharán el tirón para tratar de amargarle el aniversario, he visto con estupor la falta de valores de algunos programas criticando el vídeo de Zarzuela, quizá pretendan cubrir con su "simpatía" la audiencia del todo vale, olvidando como con las pasadas fiestas de las banderas el daño institucional que se genera.