Tiempos de espera se nos avecinan, a veces es una suerte
poder hibernar por unos meses, como las hormigas, y que pase lo que tenga que
pasar. Ya sabéis lo que opino del llamado proceso soberanista, o de
independencia unilateral fuera de la ley. Estos órdagos y desafíos que aparecen
hora tras hora en nuestros terminales son del todo desafortunados rozando la
mala educación y buscando el enfrentamiento social para sacar provecho de ello.
Habrá que estar a la altura y hacer política en mayúsculas explicando el
sentido plurinacional de una nación que se rige por la Constitución que se
aprobó y bajo la que convivimos hace unos cuarenta años. Y si no es suficiente,
habrán de tomarse las medidas que se proveen para seguir adelante con nuestro Estado.
Lo cierto y verdad es que desde esa otra parte de España, los dirigentes
catalanes han conseguido que todos los candidatos prioricen su postura ante una
eventual secesión y olviden el plan electoral y político de gobierno por cuatro
años de aquella región.
¿Y si un día llega la independencia? Nos dicen el FC Barcelona
no jugará la liga, se irán de Europa, aparecerán 'corralitos'… Pero es que nadie
piensa en el otro lado. El principal problema que a mi modo de ver se dará es
que España habrá llegado a su fin. Habrá de llamarse de otra forma el Estado
resultante de eliminar dicha realidad, incluso nuestra bandera habrá de
cambiar, la sociedad quedará dividida bajo las sombras de nuevas secesiones, y sumaremos
divisiones en la economía, política, historia,
cultura, etc., etc. Este es el egoísmo de los que se erigen como salvadores de patrias.
Y en este proceso perderíamos también nosotros.
No hay elección, ante un eventual avance de este proceso, tras el 27S no queda si no ampararse en el derecho internacional, europeo y
español en lo referente a la Constitución para evitar la ruptura de una
realidad, una España que contiene a Cataluña y una Cataluña dentro de España.
Las posibles concesiones al federalismo son una cura a corto
plazo que no evita la hemorragia desde mi punto de vista, es hora de recuperar
los valores que nos unen y potenciarlos construyendo país, como llevan haciendo
algunas comunidades dentro de España hace años.
Mientras algunos se enteran, seguiré esperando.