Cuando es un hecho que lo peor ha pasado, que las olas de contagios más letales nos han afectado, cuando los programas de vacunación son el reto sanitario, nos paramos a observar qué características tendrá la sociedad pos covid19.
Se habló mucho, desde los balcones, que seríamos diferentes, una nueva espiritualidad nos hacía pensar que estaríamos más unidos que nunca, como una piña con los sanitarios, entre políticos, entre nosotros, pero pronto nos dimos cuenta que esto no era así, cuestiones competenciales en política, negacionistas en la sociedad, déficits económicos en la sanidad, rompieron nuestras nuevas y débiles ligaduras sociales construidas ante el terror de una pandemia global que dejaba muertos por toda Europa y América en la primavera de 2020.
De esta forma resurgió la divergencia, y de nuevo el poder, el dinero posicionaron en una larga cola de vacunas a los poderosos en los primeros puestos, como sociedades, así pasa en Israel, EAU, Reino Unido o en USA, como individuos con corruptelas en todos los ámbitos para ser los "primeros", sirvan de ejemplo los más de 2000 "adelantados" en las filas de vacunación española. Y Europa era derrotada, adelantada, una vez más, aún con Francia y Alemania, aún con grandes farmacéuticas, aún con su guerra comercial a cuenta de Astra Zeneca.
Pero, y cuando esto se controle, y pase, cómo seremos, cómo estaremos, cómo viviremos. Un rebote o pequeña ola por su dimensión aguarda en abril en nuestro país, por su duración no será de más de 6 semanas,... y no será de nuevo hasta fin de año que no atisbemos algún otro rebote en este sentido que ya no será la noticia de apertura de noticiarios, y entonces..., qué haremos.
Pues a las medidas de higiene puede que nos acostumbremos y queden en esa "nueva normalidad" para siempre, pero a las reducciones de movilidad no, un carné de vacunación y muchas ganas provocarán un efecto salida sin precedentes que recuperará la economía pero que incluso puede afectar negativamente por un sobre calentamiento de la demanda y el olvido de una reestructuración económica que nos aleje de ser el SPA de Europa, que se fije en la ciencia e innovación.
Por otra parte, la distancia hacia el representante político también habrá crecido, por lo que la solución será el científico o el populista, siempre he creído en una tecnocracia sólida, pero los vientos globales nos azotan hacia populismos dictatoriales desde la democracia, ¿os suena?. Aunque el estado volverá a ser fundamental, estaremos mucho más lejos del neoproteccionismo y los independentismos perderán fuelle, con alguna excepción catalana. Locos, muy locos años 20 que se inician en este verano, pero que será en 2023 cuando muestren lo mejor y lo peor de ellos mismos.
Entre las diferencias más notables la apuesta por la era digital, el teletrabajo y la electricidad frente a los hidrocarburos, preocupante será la crisis de las relaciones humanas, oportuna la vuelta a la España rural, la revisión de los sistemas sanitarios y de protección sobre nuestros mayores.
Las crisis que se han desarrollado junto a la pandemia provocarán cambios, algunos necesarios, y la sociedad se dirige hacia un nuevo crecimiento divergente que deberemos remediar, pues si no las consecuencias podrían repetirse en unos años, por el momento la fiesta llega y los locos, muy locos años 20 se repiten... para los más ricos.
Pandemias hubo ya muchas en nuestra historia, y siempre fueron seguidas de cambios sociales.