Mucho frío esta mañana, una larga semana, y la hormiga buscando por el hormiguero se choca con destituciones de algún entrenador, un aniversario para hablar de delitos de algunos gobernantes, marchas para ver a Trump o el regreso de la derecha tras de corruptelas brasileñas de la izquierda de Lula. No me parecía que ninguna noticia estuviese a la altura de nuestras necesidades sociales, todas inherentes al ansia de poder, todas banales.
Entonces recordé un hecho singular que merecía el reconocimiento de este humilde columnista sin duda porque es ejemplo de lo que puede conseguir la sociedad para beneficio de sus congéneres. Nos encontramos en un país que no apuesta por la inversión en desarrollo y mantiene su cifra en algo más del 1% de su PIB, que ante la crisis recorta en investigación, sanidad y educación, que ante un nuevo crecimiento económico prioriza mal, manteniendo a duras penas sus niveles críticos en estas esferas... y mira para otro lado, pero al tiempo mantiene club deportivos millonarios, o a políticos huidos de la justicia en mansiones europeas financiadas desde nuestros impuestos, por citar algunos tristes ejemplos.
Pero en este país también existen "brotes verdes" sociales, y cuando el altruismo parece no estar de moda, entonces aparecen ellas dando un golpe en la mesa con su lección de vida. Una Asociación de enfermas de cáncer que en poco más de tres años y con la única voluntad de sus asociadas han luchado y convencido, recaudando fondos para la investigación en beneficio de derrotar a la conocida enfermedad. Hasta este capítulo no sería sino una asociación más, pero no es así, armadas de valor trabajan con ese único fin, habiendo recaudado ya más de 220.000€ alimentando una lucha social contra el cáncer y donando el 100% de estos fondos para contar con nuevas vías de investigación, el último cheque entregado este mes por 70.000€ para al equipo de oncología del Dr. Alberto Ocaña de la UCLM, para contar con tres investigadores más en plantilla, avanzando más rápido y con más garantías en la solución para tantos afectados.
En el acto, nada que festejar, ni un euro que derrochar en la autocomplacencia, sólo una nueva meta para el próximo curso en la mente de estas heroínas, quizá llegar a los 90.000€.
Este ejemplo social: ACEPAIN, es necesario y existe en nuestra sociedad, pero desgraciadamente no se lleva los titulares que Trump amenazando a los hondureños que marchan a su frontera, o que Puigdemont mostrando su lazo amarillo desde su palacete en Waterloo, o Lopetegui rescindiendo su contrato que contempla un sueldo de seis millones al año.
Aunque desde aquí, desde este blog, desde la columna de este diario, animo a continuar esa lucha por la investigación desde el trabajo de sus asociadas, concienciando a la sociedad de que el avance es posible y el dinero puede ser utilizado para ello. Necesitamos muchos héroes y heroínas que naveguen contra corriente a favor de la vida, una sociedad mejor concienciada de que el altruismo nos beneficia a todos. ¡Adelante y felicidades por ello!