Obra de Albino Torres sobre La Mancha |
Las técnicas inglesas que trajo a televisión española, la
naturalidad e implicación del público le valieron como reconocimiento. Se
trataba de un vasco de origen, casado en segundas nupcias en Cataluña, gran
viajero y narrador de grandes rutas en toda Castilla, hasta la del Quijote, y
enamorado del mundo, aplicado al consejo cervantino de “quien lee mucho y anda
mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Entre tanto estos chicos eligen traje para representarnos en
Eurovisión en la magnífica Lisboa, con Puigdemont realizando sus convenciones
de partido en Berlín, poniendo a prueba una vez más a las instituciones,
también a las europeas, y desgastando hasta el último instante al 155. Hasta
los vascos le dieron la espalda, aburridos ante la oportunidad de sacar tajada
con nuevas competencias, blindando de paso el cupo para nuevos ejercicios
económicos.
El calor ya nos invade y despierta a las hormigas, obreras capaces
de dar la vida porque su reina tenga un nuevo hormiguero, y es que no somos tan
diferentes. Abiertas heridas de territorialidad catalana, disoluciones
representadas del terrorismo que avanzan a un ‘procés’ vasco con posible
anexión navarra, el hartazgo del resto de regiones por no avanzar en
financiación y el silencio castellano aguantando por demasiados años el mal llamado
nacionalismo “español”. No obstante, son demasiados meses buscando hormiguero.
Necesitamos noticias interesantes, contadas por gente
interesante, por esto siento doblemente la pérdida de ‘los buenos’.
Me despido por esta semana anunciando que un Doctor en
economía, a partir de los elementos literarios que Cervantes dejó en su obra y
su facilidad por la paronomasia y onomástica, ha descubierto cuál fue el Lugar
del hidalgo en La Mancha, de aquel que fue hasta Barcelona para ser derrotado
en su visión del mundo y de la justicia para mejorarlo.
Cuánto saber y anticipación, también en el arte de romper
cucharas.
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