Quizá sólo funcione Europa ya para
el fútbol, cuando uno escucha por televisión la alegría de los franceses en
Madrid y Barcelona ganando su mundial, e incluso te recuerdan el tercer puesto
para Bélgica con su entrenador español, me siento como un nuevo “afrancesado”,
o quizá pretenden que sonría la victoria de Europa en el mundial de Rusia.
Sarcasmo aparte, realmente me preocupa la situación a la que hemos llegado como
sociedad del siglo XXI, a las puertas del verano no encuentro muchas razones
para sentirme aliviado en este hormiguero.
Trump en su periplo europeo no ha
dejado títere con cabeza. A los que pensaban que el amigo americano nos
disculparía en último momento ha visto como un entusiasmado neoproteccionismo
califica de enemigo comercial a Europa, reclama mayor participación financiera
en la OTAN a los aliados, regaña a May por su retroceso en el Brexit, señala la
política de inmigración europea como culpable de un retroceso cultural, y ahora
halaga a Putin por el gran despliegue en la organización del mundial.
Europa no convence, se somete, y
trata de negociar acuerdos con el gigante chino, el otro damnificado por los
nuevos aranceles. Tras el desastre de la deuda, abre frentes de escisión social
vía políticas nacionalistas y populistas. Nos faltaba que ante una orden
judicial de extradición, los jueces alemanes “juzguen” lo que dictaminan los
españoles y les nieguen el delito de rebelión para un independentismo que jamás
sería tolerado como legal por la Ley de Bonn, jamás.
Pero he pensado con la hormiga
que lo mejor es disfrutar de unas buenas vacaciones, porque visto lo visto y
con unos presupuestos aprobados, lo mejor que podemos hacer es irnos de fiesta,
esperando nuevos impuestos y subidas de la gasolina, nuevos “arreones” de la
autodeterminación catalana… y vasca, más pateras perdidas en el Mediterráneo y
un mundo global en el que nos endurecemos frente al vecino, olvidando el sueño
de Delors, incluso de Schuman.
Respecto del ciudadano la
distancia es kilométrica entre su realidad y la de Europa, no digamos entre las
generaciones jóvenes y las maduras. Lo social y lo político se vislumbra
separado, y el todo vale como en un “game” de los “youtubers” se impone,
buscando números malditos del WhatsApp (momo), y dando al play para evadirse de
su realidad. Este último párrafo, si no tienes menos de 20 años, difícil que lo
entiendas.
Relajación, pero esperando un
otoño movidito, todos quieren tiempo para recomponerse, el PP en primarias,
siendo una vez más inviable en nuestra sociedad que una mujer lidere un partido
político, en esto da igual derecha que izquierda, C’s perdido en su acción de
oposición en la que apenas Cataluña sirve para ello, Podemos retirado por evidentes
asuntos familiares, y Sánchez aprovechando este respiro para gobernar hasta que
los nuevos presupuestos junto al independentismo le traigan a la realidad.
Piscina, mar y montaña y dale al “play”,
pues RTVE por el momento tampoco se renueva.
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